La Evolución del dinero / Teorías del Dinero Exógeno/Endógeno.

Teorías del Dinero Exógeno/Endógeno.


Debate: Plantear qué es el dinero y su función vital dentro del esquema de una economía monetaria de producción

El papel del dinero en una economía monetaria de producción, enfoque de distintas teorías


Bajo el supuesto del dinero exógeno, neutral, que facilita el intercambio y se supedita a las necesidades de la “economía real”, la economía convencional considera que lo mejor es preservar presupuestos públicos equilibrados, para no generar inflación y el desplazamiento de la inversión privada. Por su parte, los autores post-keynesianos, partiendo del supuesto de un dinero endógeno, representación de una estructura social, resultado de arreglos institucionales y que responde a las necesidades del sistema productivo, consideran que el déficit público tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias, y es imprescindible durante la recesión para darle liquidez a las familias y las empresas.


1.Teoria Economica
Conceptos fundamentales de la ciencia económica


ECONOMÍA INTERNACIONAL Teoría y política -PAUL R. KRUGMAN- MAURICE OBSTFELD
ver Capitulo 14 :El dinero
-La definición del dinero: un breve repaso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 364
-El dinero como medio de cambio . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 364
-El dinero como unidad de cuenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364
-El dinero como reserva de valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . 365
-¿Qué es el dinero? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . 365
-Cómo se determina la oferta monetaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366

2. El dinero C.Felber


Christian Felber, convertido en un solicitado conferenciante internacional a partir de su libro La economía del bien común, considera que el sistema monetario actual presenta múltiples disfunciones. Necesita una reforma profunda pero antes de proponerlas Felber explica en el libro cuestiones básicas como quién y de qué manera se crea el dinero, la misión de los bancos centrales o los derivados financieros, para proponer reformas que pongan el dinero al servicio de la vida y no al revés.
Difícilmente puede decirse que el sistema monetario actual lo trazó un genio o surgió a partir de un plan general. Más bien ha ido desarrollándose paso a paso durante siglos o incluso milenios y ha degenerado en un monstruo muy complejo. El resultado final es una fuente de enriquecimiento para unos pocos, algo así como un casino y un bufé libre para los que tienen información privilegiada, es decir, los especuladores.
Según Christian Felber, parte del problema es que los representantes elegidos en democracia están tan influidos por los intereses más poderosos, surgidos de dentro del sistema monetario capitalista neofeudal, que no están dispuestos a cambiar las reglas del juego actuales de forma decisiva. Por eso, la construcción del nuevo orden monetario debe ser una labor cooperativa que acometa todo el pueblo soberano.
El objetivo de este libro es, por tanto, lograr un orden monetario democrático que aumente la libertad de todos a través de la igualdad de oportunidades y garantice la estabilidad del sistema, la distribución equitativa y la sostenibilidad. Cuanto más democrático sea el sistema, nos dice Felber, antes se corresponderá con los valores fundamentales de la sociedad, que no son otros que la dignidad humana, la libertad, la solidaridad, la justicia y la sostenibilidad.
3.Dinero, política fiscal y estabilidad: ¿Es necesario el déficit fiscal? Enrique Mendoza Méndez


Desde la perspectiva del pensamiento convencional, bajo el supuesto del dinero exógeno y el pleno empleo, el déficit fiscal genera una mayor presión por el lado de la demanda agregada, provocando que aumenten los precios. Por el lado de los ingresos, la venta de bonos es una alternativa para el financiamiento del gasto público. Sin embargo, estas operaciones tienen cierto límite y tarde o temprano desembocaran en la creación de dinero, generando presiones inflacionarias. Asimismo, el déficit público genera un efecto “crowding out”, donde la emisión de deuda pública entra a competir con el sector privado por los recursos con que cuenta la economía, generando un aumento de las tasas de interés. En la teoría de la equivalencia ricardiana la “ilusión financiera” provocada por el déficit público es anticipada por los agentes económicos, que retraen su gasto para poder pagar mayores impuestos en el futuro, neutralizando los efectos de la política fiscal.


Por lo tanto, en el pensamiento convencional se ha llegado a un consenso: lo mejor que pueden hacer los gobiernos es procurar que las finanzas públicas permanezcan equilibradas para no generar inestabilidad. El pensamiento convencional aboga por una mínima intervención del Estado en la economía.


En contraste, en el pensamiento keynesiano sólo se deben mantener presupuestos equilibrados en tiempos de plena ocupación de la capacidad productiva. El gasto público puede reconducir la demanda agregada hacia un nivel de producción sostenida con pleno empleo. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito de Alfred Mitchel-Innes y la teoría del dinero estatal, desarrollada por George Friedrich Knapp. Por una parte, la teoría del dinero crédito trata de explicar el papel del crédito bancario en el capitalismo, que empieza a funcionar como medio de cambio y es emitido de manera independiente al emisor soberano. Por otro lado, la teoría del dinero estatal considera al dinero como una construcción social, una expresión de la compleja batalla entre, prestamistas y prestatarios, y el Estado. Keynes en su obra desarrolla las bases del dinero endógeno.


Para los autores post-keynesianos, el dinero es consustancial al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda local. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de ciertas relaciones de poder entre diferentes grupos sociales. Existe un poder hegemónico que puede incidir sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero.


Desde la perspectiva de Randall Wray el objetivo de la política monetaria es establecer una tasa de interés a corto plazo, es decir, la regulación de los mercados financieros; mientras que la política fiscal se utiliza para incrementar la estabilidad en el valor de la moneda por medio del control de la cantidad de dinero emitido por el gobierno. El Estado controla la cantidad de dinero que se emite inicialmente mediante la política fiscal y no mediante la política monetaria. Algunos autores post-keynesianos proponen el retorno de las Finanzas Funcionales de Abba Lerner, donde el gasto público y los impuestos impactan directamente el nivel de gasto en la economía, y el gobierno tiene la responsabilidad de mantener un nivel de gasto que permita que se realice la producción potencial. A su vez, la deuda pública tiene la función de regular la cantidad de moneda y bonos de gobierno en manos del público, buscando mantener una tasa de interés que induzca a la inversión.


Para Hyman Minsky un Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias por medio de sus déficits y opera a través de demanda agregada, los excedentes sectoriales y los incrementos de los pasivos del gobierno en las carteras privadas. Los déficits públicos tiene tres distintos impactos en la economía: el efecto renta y empleo, el efecto presupuestario y el efecto cartera. Cada vez que un Big Government tiene un superávit o déficit, algunos instrumentos financieros son absorbidos o creados. En particular, cuando el Big Government que tiene un enorme déficit durante una recesión, otros sectores, incluidas las organizaciones financieras, tales como bancos, cajas de ahorros y compañías de seguros, adquieren la deuda emitida por el gobierno para financiar el déficit. En tiempo de recesión el déficit público mejora la liquidez de los portafolios privados.


En la teoría del circuito monetario, la creación de dinero permite la acumulación privada y la producción de bienes colectivos por parte del Estado. En la fase de flujo, las empresas necesitan cubrir sus costos de producción y realizar la inversión privada. El Estado, por su parte, tiene que cubrir los costos de bienes colectivos y la inversión en capital colectivo. En la fase de reflujo el dinero es destruido. El valor de la producción se realiza en las compras, por parte de las empresas, y en los impuestos, que son los precios de los bienes colectivos que impone el Estado. El déficit fiscal, siguiendo con el enfoque del circuito monetario, supone que la sociedad dispone más dinero para sus gastos que el que fue creado por los bancos. Las ganancias netas del sector privado están determinadas exclusivamente por la suma del déficit público y el aumento de la deuda neta de los hogares (ahorro neto negativo) para financiar su consumo previsto en el futuro. Los déficits planificados del Estado son la precondición para lograr el incremento de la riqueza neta del sector privado y el pleno empleo.


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Teoría Monetaria del Circuito, en la cual, como señala el Banco de Inglaterra, también el dinero es endógeno, por lo cual no puede ser fijada su cantidad de manera arbitraria por el Banco Central, siendo fundamental para el proceso económico al permitirse crear dinero conforme lo demanda la economía.



4.The Endogenous Money Approach by L. Randall Wray*


Working Paper No. 17 *PROFESSOR, UNIVERSITY OF MISSOURI-KANSAS CITY


Abstracto:
En la teoría neoclásica, el dinero es una variable exógena: El dinero es neutral,una mera determinación de los precios nominales; y la oferta de dinero es controlada por el banco central.


Este documento delinea cómo postkeynesianos ofrecen una clara alternativa al enfoque neoclásico. Los temas tratados incluyen: principios keynesianos, que hace hincapié en la incertidumbre y el acaparamiento de dinero; teoría de circuitos, que se centró en el papel del dinero en el gasto de la financiación; horizontalidad, que señaló la incapacidad del banco central para controlar las reservas; dinero endógeno;neo-Chartalism, que se ve en el papel del Estado en la designación de una unidad de cuenta para los impuestos y otras obligaciones monetarias; finanzas funcionales, que se niega a separar la política fiscal y monetaria;el fracaso de la política monetaria para afectar el desempleo; y el uso de la política fiscal, a través de un gobierno de "reserva de estabilización" de la mano de obra, para reducir el desempleo


In Neoclassical theory, money is really added as an after thought to a model that is based on a barter paradigm. In the long run, at least, money is neutral, playing no role except to determine unimportant nominal prices. Money is taken to be an exogenous variablewhose quantity is determined either by the supply of a scarce commodity (for example, gold), or by the government in the case of a “fiat” money. In the money and banking textbooks, the central bank controls the money supply through its provision of required reserves, to which a deposit multiplier is applied to determine the quantity of privatelysupplied bank deposits.


The evolving Post Keynesian endogenous approach to money offers a clear alternative to the orthodox, neoclassical approach. With regard to monetary theory, early Post Keynesian work emphasized the role played by uncertainty and was generally most concerned with money hoards held to reduce “disquietude”, rather than with money "on the wing” (the relation between money and spending). However, Post Keynesians always recognized the important role played by money in the “monetary theory of production” that Keynes adopted from Marx. Circuit theory, mostly developed in France, provided a nice counterpoint to early Post Keynesian preoccupation with money hoards, focusing on the role money plays in financing spending. The next major development came in the 1970s, with Basil Moore’s horizontalism (somewhat anticipated by Kaldor), which emphasized that central banks cannot control bank reserves in a discretionary manner. Reserves must be “horizontal”, supplied on demand at the overnight bank rate (or fed funds rate) administered by the central bank. This also turns the textbook deposit multiplier on its head as causation must run from loans to deposits and then to reserves. This led directly to development of the “endogenous money” approach that was already apparent in the Circuit literature. When the demand for loans increases, banks normally make more loans and create more banking deposits, without worrying about the quantity of reserves on hand. Privately created credit money can thus be thought of as a horizontal “leveraging” of reserves (or, better, High Powered Money), although there is no fixed leverage ratio. In recent years, some Post Keynesians have returned to Keynes’s Treatise and the State Theory of Money advanced by Knapp and adopted by Keynes therein.


Rather than imagining a barter economy that discovers a lubricating medium of exchange, this neo-Chartalist approach emphasizes the role played by the state in designating the unit of account, and in naming exactly what thing answers to that description. Taxes (or any other monetary obligations imposed by authorities) then generate a demand for that money thing. In this way, Post Keynesians need not fall into the “free market” approach of orthodoxy, which imagines some pre-existing monetized utopia free from the evil hands of government. The neo-Chartalist approach also leads quite nicely to Abba Lerner’s functional finance approach, which refuses to make a fine separation of fiscal from monetary policy.


Money, government spending, and taxes are thus intricately interrelated. This approach rejects Mundell’s “optimal currency area” as well as the monetary approach to the balance of payments. It is not possible to separate fiscal policy from currency sovereignty-which explains why the “one nation, one currency” rule is so rarely violated, and when it is violated it typically leads to disaster (as in the current case of Argentina, and-perhaps-in the future case of the European Union!). Like Keynes, Post Keynesians have long emphasized that unemployment in capitalist economies has to do with the fact that these are monetary economies. Keynes had argued that the “fetish” for liquidity (the desire to hoard) causes unemployment because it keeps the relevant interest rates at too high a level to permit sufficient investment to raise aggregate demand to the full employment level. While it would appear that monetary policy could eliminate unemployment either by reducing overnight interest rates, or by expanding the quantity of reserves, neither avenue will actually work. When liquidity preference is high, there may be no rate of interest that will induce investment in illiquid capital-and even if the overnight interest rate falls, this does not mean that the long term rate will. Further, as the horizontalists make clear, the central bank cannot simply increase reserves in a discretionary manner as this would only result in excess reserve holdings and push the overnight interest rate to zero without actually increasing the money supply. Indeed, when liquidity preference is high, the demand for, as well as the supply of, loans collapses.


Hence, there is no way for the central bank to simply “increase the supply of money” to raise aggregate demand. This is why those who adopt the endogenous money approach reject ISLM-type analysis in which the authorities can eliminate recession simply by expanding the money supply and shifting the LM curve out. Furthermore, unlike orthodox economists, Post Keynesians reject a simple NAIRU or Phillips Curve trade-off according to which some unemployment must be accepted as “natural” or as the cost of fighting inflation. Earlier, some Post Keynesians had argued for “incomes policy” as an alternative way of fighting inflation, however, that rarely proved to be politically feasible. Lately, at least some Post Keynesians have argued that not only is the inflation-unemployment “trade-off” unnecessary, but that full employment can be a complement to enhanced price stability. This is accomplished through creation of a “buffer stock” of labor, according to which the government offers to hire anyone ready, willing, and able to work at some pre-announced and fixed wage. The size of the buffer stock moves counter-cyclically, such that government spending on the program will act as an “automatic stabilizer”. At the same time, the fixed wage and benefit package helps to moderate fluctuation of “market” wages. Finally, it is emphasized that the “functional finance” approach to money and fiscal policy advanced by Lerner explains why any nation that operates with a sovereign currency will be able to “afford” full employment. In this way, it is recognized that while unemployment exists only in monetary economies, unemployment does not have to be tolerated even in monetary economies. When aggregate demand is low, fiscal policy-not monetary policy-can raise demand and provide the needed jobs.


The problem is not that money is “neutral”, but that when demand is low, the private sector will not create money endogenously, hence, the government must expand the supply of HPM through fiscal policy. If a deficit results, this will increase reserves held by the banking system, which must be drained through sale of government bonds in order to prevent a situation of excess reserve holdings from pushing overnight interest rates to zero. Therefore, bond sales by the treasury are seen as an “interest rate maintenance operation” and not as a “borrowing” operation. Indeed, no sovereign issuer of the currency needs to borrow its own currency from its popula tion in order to spend.


-For Further Reading Brunner, Karl. 1968. “The Role of Money and Monetary Policy”, Federal Reserve Bank of St. Louis Review, vol 50, no. 7, July, p. 9.
-Cook, R.M. 1958. “Speculation on the Origins of Coinage”, Historia, 7, pp. 257-62.
-Davidson, Paul. Money and the Real World, London, Macmillan, 1978. Deleplace, Ghislain and -Edward J. Nell, editors. Money in Motion: the Post Keynesian and Circulation Approaches, New York, St. Martin's Press, Inc., 1996. Dow, Alexander and Schiela C. Dow 1989.
“Endogenous Money Creation and Idle Balances”, in Pheby, John, ed, New Directions in Post Keynesian Economics,
-Aldershot, Edward Elgar, p. 147. Friedman, Milton. 1969. The Optimal Quantity of Money and Other Essays, Aldine, Chicago. Grierson, Philp (1979),
Dark Age Numismatics, Variorum Reprints, London. -----. 1977. The Origins of Money, London: Athlone Press. Hahn, F. 1983.
Money and Inflation, Cambridge, MA: MIT Press. Innes, A. M. 1913, “What is Money?”, Banking Law Journal, May p. 377-408. Kaldor, N. The Scourge of Monetarism, London, Oxford University Press, 1985. Keynes, John Maynard. The General Theory, New York, Harcourt-Brace-Jovanovich, 1964. -----.
-A Treatise on Money: Volume 1: The Pure Theory of Money, New York, Harcourt-BraceJovanovich, 1976 [1930]. Knapp, Georg Friedrich. The State Theory of Money, Clifton, Augustus M. Kelley 1973 [1924].
-Lerner, Abba P. "Money as a Creature of the State", American Economic Review, vol. 37, no. 2, May 1947, pp. 312-317. Marx, Karl. Capital, Volume III, Chicago, Charles H. Kerr and Company, 1909. Moore, Basil. Horizontalists and Verticalists: The Macroeconomics of Credit Money, Cambridge, Cambridge University Press, 1988.
-Mosler, Warren, Soft Currency Economics, third edition, 1995. Parguez, Alain.1996. “Beyond -Scarcity: A Reappraisal of the Theory of the Monetary Circuit”, in E. nell and G. Deleplace (eds) Money in Motion: The Post-Keynesian and Circulation Approaches, London: Macmillan. Rousseas, Stephen.
- Post Keynesian Monetary Economics, Armonk, New York, M.E. Sharpe, 1986. Wray, L. Randall. Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and Price Stability, Edward Elgar: Cheltenham, 1998. -----..
-Money and Credit in Capitalist Economies: The Endogenous Money Approach, Aldershot, Edward Elgar, 1990


- Los impuestos y el interés público. L. Randall Wray. https://drive.google.com/file/d/0B5yvo-v5WdmrekpqYXg0QkhYalk/view?usp=sharing


4.1 Randall Wray


En El papel del dinero hoy analiza el dinero desde el enfoque chartalista y su relación con los niveles de gasto, ingreso y deuda gubernamental. En este enfoque el dinero es una criatura del Estado. A través de los impuestos que impone el Estado sobre los ciudadanos, valida una moneda sobre la que tiene el monopolio de emisión. “El Estado no necesita el dinero del público para gastarlo, sino, antes bien, el público necesita el dinero del gobierno para pagar sus impuestos” (Wray, 2006: 65).3 Los impuestos no financian el gasto, sino mantiene la demanda por moneda fiduciaria del gobierno. El gobierno crea moneda fiduciaria para comprar bienes y servicios. Una vez que el gobierno ha realizado el gasto, entonces esa moneda queda disponible para ser transferida al gobierno, para que se puedan cumplir las obligaciones tributarias. El Estado moderno “utiliza los impuestos como medio para inducir a la población suministrar bienes y servicios al Estado, proporcionado a cambio la moneda que se usará para retirar las obligaciones tributarias.” (Wray, 2006: 106).  

El Tesoro gasta anticipadamente sin tomar en consideración el recibo previo de impuestos o la venta anterior de bonos. El gasto del Tesoro determina un crecimiento en la misma proporción de las reservas bancarias. La recaudación de impuestos es un requerimiento para mantener la estabilidad en el mercado de reservas. Los impuestos no financian al gasto, sino que crean demanda de dinero y afectan a las reservas. El poder de tributar es el poder de destruir la riqueza liquida del sector privado (Wray, 2006: 197, 199 y 231).

Para los post-keynesianos el dinero es inherente al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito.

The debate surrounding the role of money is useful in understanding the reaches of fiscal policy, and therefore to recuperate the role of the public deficit as a policy instrument. Under the supposition of exogenous money that is neutral, facilitates exchanges and responds to the needs of the 'real economy', mainstream economics considers that the best policy tool is maintaining balanced budgets in order to avoid inflation and the crowding out of private investment. Post-Keynesian authors, whose starting point is endogenous money as a representation of a social structure, resulting from institutional arrangements that respond to the needs of the productive system, consider that the public deficit has the capacity to stabilize production, employment and profits. The provision of liquidity to businesses and households is therefore necessary during times of recession
Enrique Mendoza :
http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/15/pdfs/MendozaOlaFin15.pdf

4.2 La Teoría Monetaria Moderna (MMT),
 
 La escuela de pensamiento económico fundada por el economista Warren Mosler que explica el funcionamiento del sistema monetario moderno y que disiente tanto de la Teoría Económica Clásica como de la Keynesiana estándar.
Ley de Mosler que dice, “No existe crisis financiera profunda, por profunda que sea, de la que no pueda ocuparse un ajuste fiscal suficientemente amplio”


El documento “Soft Currency Economics”, que publicó Mosler en 1993, se considera el origen de la escuela de la “Teoría Monetaria Moderna” (TMM) que ha despertado un interés considerable en las corrientes de opinión dominantes a raíz de la crisis financiera mundial. Su libro de 2010, “ LOS SIETE FRAUDES INOCENTES CAPITALES DE LA POLÍTICA ECONÓMICA”, es una guía no técnica sobre el funcionamiento real del sistema monetario que ha expuesto algunos de los errores conceptuales más habituales.



5.La Teoría austriaca del dinero


La teoría austríaca del ciclo económico (TACE) fue desarrollada por los economistas de la escuela de Viena (incluidos FA Hayek y LV Mises) Esta teoría explica la relación entre el crédito  bancario, el crecimiento económico y los errores de inversión masivos que se acumulan en la fase alcista del ciclo , explotando con la burbuja y destruyendo valor. Esta teoría sostiene que una expansión “artificial” del crédito, es decir, no respaldada por ahorro  voluntario previo y mediante la manipulación a la baja del tipo de interés, tiende a aumentar la inversión  y a crear un falso auge económico, dado que los precios relativos han sido distorsionados por la mayor masa de dinero circulante en la economía.
El fundamento de la teoria austriaca es que el capital, el dinero y las monedas están sujetas a las leyes de la oferta y la demanda como cualquier otro bien. Por lo tanto su precio refleja una realidad de mercado y transmite información El precio del dinero concretamente transmite las preferencias temporales de los ahorradores, la oferta de capital disponible y la urgencia de los inversores por disponer de él.


La banca de reserva fraccionaria en sus inicios, y más recientemente los bancos centralesy su monopolio de creación monetaria (básicamente en un esquema de economía de planificación centralizada) manipulan el precio del dinero-los tipos de interés, transmitiendo información falsa7 a los inversores. Generalmente los tipos de interés demasiados bajos estimulan la inversión por encima de lo justificado por el capital disponible.
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La teoría austríaca del dinero empieza y termina prácticamente con la monumental obra de Ludwig von Mises, Theory of Money and Credit, publicada en 1912. El logro fundamental de Mises fue tomar la teoría de la utilidad marginal, postulada por los economistas austríacos y otros marginalistas, para explicar la demanda del consumidor y el precio de mercado, y aplicarla a la demanda y el valor, o precio, del dinero. A partir de ese momento ya no era necesario disociar la teoría del dinero de la teoría económica general de la acción y la utilidad individuales, de la oferta, la demanda y el precio; la teoría monetarista ya no tendría que sufrir el aislamiento al que estaba sometida en un contexto de “velocidades de circulación”, “niveles de precios” y “ecuaciones de intercambio”.


Al aplicar al dinero el análisis de la oferta y la demanda Mises se valió del concepto wicksteediano: oferta es el stock total de una mercancía en un momento dado y demanda es la demanda total del mercado destinada a obtener y conservar saldos de caja, creados a partir de los ordenamientos de las utilidades marginales de las unidades monetarias sobre la base de las escalas de valores de los individuos actuantes en el mercado.


Dinero, el Banco de Crédito y Ciclos Económicos -Jesus Huerta de Soto



5.1 La Teoria Austriatica del dinero .Murray N. Rothbard


La teoría austríaca del dinero empieza y termina prácticamente con la monumental obra de Ludwig von Mises, Theory of Money and Credit, publicada en 1912. El logro fundamental de Mises fue tomar la teoría de la utilidad marginal, postulada por los economistas austríacos y otros marginalistas, para explicar la demanda del consumidor y el precio de mercado, y aplicarla a la demanda y el valor, o precio, del dinero. A partir de ese momento ya no era necesario disociar la teoría del dinero de la teoría económica general de la acción y la utilidad individuales, de la oferta, la demanda y el precio; la teoría monetarista ya no tendría que sufrir el aislamiento al que estaba sometida en un contexto de “velocidades de circulación”, “niveles de precios” y “ecuaciones de intercambio”.


Al aplicar al dinero el análisis de la oferta y la demanda Mises se valió del concepto wicksteediano: oferta es el stock total de una mercancía en un momento dado y demanda es la demanda total del mercado destinada a obtener y conservar saldos de caja, creados a partir de los ordenamientos de las utilidades marginales de las unidades monetarias sobre la base de las escalas de valores de los individuos actuantes en el mercado.




6. La Evolución del dinero por Jesús F. Villaverde


Hoy explicaré como el dinero funciona como memoria de la sociedad para facilitar los intercambios descentralizados. Mañana explicaré el mecanismo de operación de Bitcoin y en dos días ofreceré una evaluación de esta moneda.
El Dinero es Memoria
Ayer, lunes, di mi primera clase del año, tres horas sobre métodos computacionales en economía para estudiantes del segundo año de doctorado. El número de estudiantes en la clase demuestra que mi “producto” tiene demanda: la clase es voluntaria y los estudiantes se pueden sentar en otros cursos diferentes al mío (tengo incluso estudiantes visitando de otras universidades para sentarse específicamente en mi clase). El problema es que mis estudiantes no “producen” nada que yo quiera para ofrecerme en pago de mis servicios docentes. Quizás alguno podría limpiar la cocina de mi casa como pago, pero lo que yo de verdad demando es una botella de leche de mi marca favorita. Dudo mucho que los accionistas de Whole Foods, con alguna rara excepción, estén interesados en métodos computacionales en economía. Por ello no puedo ir a la tiende e intentar convencer al cajero que me entregue la leche a cambio de una explicación del método de la red endógena para solucionar funciones de valor. Este problema de ausencia de doble coincidencias de deseos es generalizado en toda sociedad con división del trabajo: la mayoría de los agentes producen bienes que son distintos (o que producen en mayor cantidad) de los que ellos mismos quieren comprar. Esta fricción en las transacciones es tan fundamental que laevidencia antropológica sugiere que lo más probable es que ninguna sociedad mínimamente organizada haya funcionado nunca basándose en el trueque como estructura principal de transacciones.[1]
¿Cómo solucionamos esta fricción? Una primera posibilidad sería asignar los bienes de manera centralizada por medio de un planificador social. Esta es la manera en la que se asignan los bienes en una familia (a la hora de la cena mi mujer y yo no subastamos quién se come las pechugas de pollo, estas se reparten de manera centralizada) y en el interior de muchas organizaciones (por ejemplo, dentro de un departamento en la universidad, quién da qué clase es decidido por el director o un comité). Pero la experiencia del siglo XX deja claro que tal manera de asignar bienes es, debido a la prevalencia generalizada de información asimétrica entre los agentes, claramente insatisfactoria a nivel de una sociedad entera.
Un segunda posibilidad sería realizar todas las transacciones simultáneamente. Los agentes se reunirían en un mercado central y presentarían por un lado los bienes que producen y por el otro demandarían los bienes que desearían. Una cámara de compensación aseguraría que la suma del valor de los bienes producidos fuera igual, para cada agente y dado unos precios, a la suma de bienes deseados (el ahorro y la inversión se pueden pensar en este contexto, como compras y ventas de bienes a lo largo del tiempo, de esta manera hoy no tengo que distinguir en detalle entre la función del dinero como sistema de transacción y como sistema de almacenamiento de valor). El lector más perceptivo puede que haya reconocido en este mercado central, unaestructura de transacciones a la Arrow-Debreu (con las imprecisiones de una exposición verbal). Esta estructura es útil para responder a muchas preguntas en economía pero no es realista. Simplemente la logística de tal mercado sería imposible de coordinar en cuanto una sociedad alcance un número de agentes o de bienes muy reducido (la estructura de Arrow-Debreu sufre de muchas otras desventajas, menos obvias pero no por ellos menos relevantes, que no hace falta repasar aquí).
Una tercera posibilidad sería tener un gigantesco libro mayor donde cada uno de los agentes apuntaría como saldos positivos su producción y como saldos negativos su consumo. Así se evita tener que juntar a todos los agentes simultáneamente para realizar las transacciones. El “contable” a cargo del libro mayor solo tiene que asegurarse que, al final del día, los saldos de cada agente son cero. Este procedimiento tiene el problema de su coste: en cuanto la comunidad de pagos alcanza cierto tamaño, resulta casi imposible de mantener el libro mayor.
Una cuarta posibilidad es darse cuenta que la mayoría de la información del libro mayor es irrelevante: no hace falta saber cuánto produjo Alicia el primer día y cuánto consumió el segundo día. Con saber su saldo neto en cada momento ya disponemos de toda la información necesaria. Hoy en día, algunas comunidades de tamaño reducido funcionan de esta manera. Históricamente, tenemos el célebre caso de Yap, ya que en la práctica las piedras no se movían y la riqueza de una familia era meramente corroborada por la tradición oral, incluso si como en la foto arriba, la piedra estaba en el fondo del mar (un interesante episodio de Planet Money sobre el tema). Este sistema se puede también implementar como un “equilibrio de regalos”, en el que los agentes se “regalan” los unos a los otros bienes pero manteniendo una “cuenta mental” de la posición neta de cada uno (un poco como el sistema de regalos de boda en España: yo te compro algo de precio similar a lo que me compraste tú cuando me casé). Existen, incluso, grupos que intentan organizar estos regalos de manera sistemática. Sin embargo, aunque el uso del saldo neto simplifica la tarea, el trabajo del “contable” del grupo de mantener el libro mayor (o la “cuenta” de regalos) sigue siendo excesivamente pesado.[2]
Una quinta posibilidad es representar los saldos netos con fichas. Imaginémonos que el “contable” entrega una ficha al agente número 1 (por ejemplo, la persona del grupo cuyo apellido va el primero en orden alfabético). El agente 1 puede ahora demandar un producto, pongamos, del agente 27. El agente 27 le entrega su producto y el agente 1 le da, a cambio, la ficha (para simplificar, la unidad del producto del agente 27 esta normalizada para que cueste una ficha exactamente, este supuesto se puede generalizar, de igual manera que se puede generalizar como se determina el precio del producto). En vez de tener un “contable” que apunta +1 en el libro mayor bajo la entrada del agente 27, la ficha “representa” ese mismo saldo positivo. Cuando el agente 27 compra algo del agente 12 y le entraga la ficha, es equivalente al “contable” apuntando 0 en la entrada del agente 27 (+1 era el saldo inicial -1 consumido) y +1 en la entrada de 12. La ficha soluciona el problema de ausencia de doble coincidencias de deseos, de una manera descentralizada, y nos permite conseguir asignaciones de recursos que de otra manera no se podrían conseguir. Y esta ficha es lo que solemos llamar dinero: un resumen de nuestro saldo neto con la sociedad entre lo que hemos producido y los que hemos consumido (donde producción en la vida real incluye herencias de otros que produjeron antes que nosotros, apropiaciones indebidas, etc.; no he asumido nada acerca del precio de intercambio entre fichas y bienes y tal precio puede reflejar poder de mercado y otras distorsiones). O dicho de manera más simple: el dinero es la memoria de la sociedad.[3]
Pero, mientras las ideas de emplear fichas es simple y atractiva (como lo demuestra que todas las sociedades mínimamente sofisticadas empleen algún tipo de dinero, incluso aquellas que no se organizan en torno a los mercados), aun nos quedan muchas dudas. Por ejemplo, alguien tiene que crear las ficha para que el sistema funcione. ¿Cuántas fichas son óptimas? ¿Y cómo garantizar que el número de fichas es el adecuado? En nuestro caso anterior, el “contable” le ha entregado la ficha inicial al agente 1. Pero uno podría pensar que, en vez de ello, el “contable” pida una compensación a este agente. ¿No estaría entonces el “contable” tentado de crear un número excesivo de fichas? Y volviendo a la ficha en si misma, ¿cómo asegurar que se reconozca fácilmente pero a la vez no se falsifique? ¿Y qué no se pierda? ¿y qué sea duradera, fácil de guardar y de transportar? ¿y qué sea divisible?
La búsqueda de respuestas satisfactorias a estas preguntas es la razón por la cual la teoría monetaria moderna es, antes que nada, diseño de mecanismos aplicado (una excelente introducción al diseño de mecanismos por Matthew Jackson aquí y la visión de la teoría monetaria como diseño de mecanismos aplicado aquí): solo al identificar las fricciones fundamentales al intercambio descentralizado, podemos analizar cómo las mismas se pueden resolver, bien por decisiones individuales de miles de individuos o de manera premeditada por una autoridad central (aquí el trabajo clásico de Ostroy y Starr introduciendo muchas de estas ideas). Hoy me limitaré a esbozar, telegráficamente, algunas de los argumentos más relevantes de la literatura.
La Evolución del Dinero
Como muchas otras instituciones, el emplear fichas como memoria de la sociedad surgió espontáneamente. Un candidato natural para estas fichas es emplear alguna mercancía duradera y fraccionable, como un metal preciso (oro, plata), cigarrillos en un campo de prisioneros de guerra, o bolsas de filetes de caballa en las prisiones de Estados Unidos. A menudo, esta mercancía es un bien que muchos agentes (¡aunque no todos!) quieren emplear para un fin distinto de la transacción (el oro para joyas, los filetes de caballa para “hacer” músculo). Incluso si Alicia no quiere una joya o comer caballa, pronto se da cuenta que existe suficiente gente que si que tiene estas preferencias y empieza a aceptar pagos en esta moneda mercancía, con la confianza de que siempre encontrará a alguien que la acepte a su vez en el futuro. O dicho de otra manera: la mercancía es un "colateral" de la ficha.[4]
La desventaja de este sistema es que sacar oro de una mina o pescar caballa es costoso y, en vez de emplear estas mercancías para lo que nos da utilidad directamente (el anillo para el dedo, comer), los empleamos para efectuar pagos.
Así, de manera inevitable, la mayoría de las sociedades prefieren sistemas en las que las fichas que no valgan nada o casi nada (unas conchas, un trozo de papel, unos naipes, una pieza de plástico) como dinero. En vez de cavar un gigantesco hoyo en la mitad del Witwatersrand como el de la foto abajo, sacar unas rocas amarillas, refinarlas, llevarlas hasta Londres y cavar otro hoyo gigantesco en la mitad de la City para volver a poner ahí las rocas amarillas (una secuencia de actividades absurda), podemos simplemente escribir en un trozo de papel, 1 Riosellano y empezar a emplearlo como dinero. Es más, en la historia monetaria de Europa y China, muchos dineros surgieron directamente como fichas sin valor y solo más tarde incorporaron valor en las mismas, por ejemplo, añadiendo un metal valioso a la acuñación (o añadiendo solo un porcentaje del valor de circulación; como en muchas otras transacciones financieras, el colateral solo necesita ser parcial para asegurar el cumplimiento de la misma).
El reto no es emitir el Riosellano, el reto es convencer a los agentes que acepten el Riosellanocomo dinero. Casi todas las monedas existentes en el mundo hoy en día solucionan este reto gracias a los impuestos.
El Dinero Como Bonos del Tesoro
Un billete de un dólar es un bono del tesoro americano a la vista y cupón cero. Es deuda del tesoro porque el tesoro la acepta como pago de los impuestos. Yo, todos los años pago mi impuesto sobre la renta. El tesoro americano me pide que cumpla con esta obligación devolviéndole sus propios bonos. Y en la misma situación que yo están casi todos los residentes en Estados Unidos. Por ello los agentes aceptan como pago los dólares: o ellos mismos o alguien muy cerca en la cadena de intercambios los necesita para pagar impuestos. De igual manera que un campo de prisioneros de guerra encontraremos fácilmente a alguien que quiera fumar y por ello aceptamos cigarrillos como pago aunque nosotros no fumemos, en la economía mundial encontraremos siempre alguien que tenga que pagar impuestos en Estados Unidos y por ello aceptaremos pagos en dólares. Como el gobierno de Estados Unidos tiene que efectuar a diario muchísimos pagos, este tiene una manera sencilla de introducir esta particular deuda pública en circulación. Por ello, en un sentido riguroso, el dólar no es dinero fiduciario, es decir, no es un dinero basado exclusivamente en la convención social de su valor como medio de transacción.
Las otras explicaciones del origen del valor del dólar son insatisfactorias. El que sea moneda de curso legal para las transacciones privadas se enfrenta con el problema que el gobierno no puede comprobar de manera efectiva con qué dinero estas se efectúan excepto en un porcentaje reducido de casos. Como hemos visto una y otra vez en sociedades con alta inflación, los agentes evitan, siempre que pueden, el pago en la moneda de su soberano, incluso si ello supone perder la protección jurídica del curso legal. Con alta inflación, nadie quiere comprar esta “deuda” pública, lo que impone una cota superior al señoreaje que los gobiernos pueden obtener (más técnicamente, el señoreaje esta sometido a una curva de Laffer, un ejemplo sencillo aquí). El que el dólar este “respaldado” por algo (la economía americana, el oro en el sótano del Banco de la Reserva Federal de Nueva York) no quiere decir nada.
El pensar acerca del dólar como deuda del tesoro tiene muchas ventajas. Mencionaré solo unas pocas.
La primera ventaja es que nos hace entender por qué el dólar tiene un cupón cero. Normalmente los bonos tienen que ser puestos en circulación con un interés positivo pero el dinero no, ya que el gobierno se aprovecha de los servicios de liquidez que obtengo del dólar para evitar tener que abonar esos intereses (aunque históricamente, como durante la guerra civil americana, ha habido ejemplos de billetes que pagaban intereses). Para asegurar esta liquidez, los billetes y monedas de dólar se emiten en denominaciones suficientemente pequeñas para poder ser empleados incluso en los más simples intercambios.
La segunda ventaja es que nos permite conceptualizar el nivel de precios nominales como el nivel que iguala la suma descontada de los superávits primarios de un gobierno y el total de deuda pública en circulación. Un caso particular de esta conceptualización es la teoría cuantitativa del dinero. Cuando el gobierno incrementa esta deuda pública sin cambiar los superávits primarios (se dedica a “imprimir dinero”) tenemos inflación. Todos los casos de inflaciones serias en la historia han sido causadas por motivos fiscales, desde Alemania en el periodo de entreguerras a la Confederación durante la guerra civil americana.
La tercera ventaja es que demuestra que, como ya hace mucho tiempo nos enseñaron Sargent y Wallace, no existe diferencia, en las economías modernas, entre la política monetaria y la política fiscal. Ambas son las dos caras de una misma moneda. Por ello la reciente opinión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el programa operaciones monetarias de compraventa (en inglés, the “Outright Monetary Transactions” u OMT) razona de manera completamente erronea y el Tribunal Constitucional Alemán demuestra tener una sutileza analítica de la que carecen otros juristas europeos.
La cuarta ventaja es que nos ofrece una explicación sencilla del origen de la mayoría de los bancos centrales. Desde la fundación de los primeros de ellos, como el Banco de Inglaterra, los bancos centrales han recibido un monopolio (o quasi-monopolio) en la emisión de billetes que pueden ser empleados para el pago de impuestos porque esto genera un enorme mercado de deuda pública. Muchos pensadores, incluido Alexander Hamilton de manera muy clara, han argumentado que tal mercado tiene ventajas. Por ejemplo, la deuda pública genera activos que pueden ser empleados como colateral sin el cual muchas transacciones financieras no son posibles o cambia el perfil del mercado de trabajo; es más, existe un argumento muy convincente que defiende que uno de los problemas de la economía mundial es que en estos momentos haydemasiada poca deuda pública en circulación. Otros, especialmente aquellos pensadores más deseosos de controlar el tamaño de los gobiernos, juzgan negativamente esta creación de un mercado de deuda precisamente por verla como un mecanismo de expansión de los gobiernos y prefieren malgastar recursos empleando oro o alguna otra mercancía antes que otorgar al gobierno este poder.
La quinta ventaja es que nos enseña, como ya expliqué en una entrada hace años, que laflexibilización cuantitativa no tiene efectos (o muy secundarios): lo único que hace la Reserva Federal es cambiar un tipo de deuda pública por otro. En un mundo en que la prima de liquidez es cero porque estamos en la cota cero de los tipos de interés nominales a corto plazo, tal cambio de la estructura de la deuda es irrelevante. La evidencia de los últimos años demostrando este punto es abrumadora. Cuando, en comparación, la prima de liquidez no es cero, las operaciones de mercado abierto sí que pueden tener efecto.
La sexta ventaja es que nos ayuda a derivar un resultado clásico de política monetaria (la regla de Friedman: en el estado estacionario el nivel de precios tiene que caer a una velocidad igual a la inversa del tipo de interés) de una manera transparente. No es óptimo distorsionar entre distintos tipos de deuda (esto resultado es similar al teorema de imposición uniforme que discutíaquí).
La séptima ventaja es que esta perspectiva ayuda también a entender la aparición de dineros privados. Por ejemplo, tras la caída de la Unión Soviética, se organizaron redes de intercambio entre empresas que empleaban “pagarés” emitidos por ellas. En la mayoría de los casos están redes se organizaban en torno a la empresa de electricidad o energética que tenía el monopolio en una región, ya que como en el caso de un gobierno con sus impuestos, esta recibía pagos de casi todos los agentes de la zona. Los casos de dineros privados sin un pagador/cobrador central suelen ser más inestables.
El Dinero Puramente Fiduciario
Existe otra posibilidad, incluso en un mundo sin impuestos (o donde estos se pagan en especie, como yo pagué mi servicio militar) para que las fichas sin valor intrínseco circulen: la mera convención social. Todo el mundo acepta fichas porque… todo el mundo acepta fichas. Estas fichas pueden haber sido emitidas por una entidad privada (dinero fiduciario privado), un gobierno (dinero fiduciario público) o de manera mixta.
Existen muchos ejemplos históricos que demuestran que tal posibilidad se puede dar. En el Reino Unido en el siglo XIX muchas comunidades alejadas de los grandes centros financieros no tenían suficiente monedas de oro o billetes del Banco de Inglaterra y emitieron fichas (en cobre con un valor metálico casi nulo) que funcionaban como tal y que gobierno central no aceptaba para pagos de impuestos. Algunas veces eran emitidos por asociaciones privadas (dinero fiduciario privado), otras por las autoridades locales (dinero fiduciario público) y otras por el “notable” local (un terrateniente, que se puede caracterizar como un sistema mixto). Durante la Gran Depresión aparecieron muchas monedas locales en Estados Unidos y Alemania, con tanto éxito que Irving Fisher escribió un librito sobre ellas (la imagen debajo de este párrafo reproduce una de estas monedas). Incluso hoy en día existen muchas monedas locales, algunas de ellas con coloridos diseños. En Philadelphia, por citar un ejemplo cercano a mi, existe el “equal dollar”, que circula entre una pequeña comunidad de activistas que lo emplean para pagos de bienes y servicios entre ellos, sin que nadie pueda emplear tal “equal dollar” para pagar impuestos o haya institución alguna comprometida a cambiar el “equal dollar” por dólares regulares.[5] Otro ejemplo famoso para los economistas, pero donde el dinero tenía un uso específico y unas reglas adicionales, era la cooperativa de canguros de Washington.
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Las monedas fiduciarias puras son, por definición, una burbuja. Su valor intrínseco es cero (o casi cero: el papel en el que están impresas puede tener algún valor mínimo) pero su valor de mercado no es cero, es la inversa del nivel de precios expresado en esa moneda. Su valor de mercado es positivo porque la comunidad que emplea esta moneda fiduciaria se ha coordinado en el uso de la misma dándole un servicio de liquidez. Pero tal servicio de liquidez no es intrínseco de la moneda (como pueda ser los dividendos de un activo real como los frutos de un árbol o el flujo de utilidad generado por una casa), sino producto de la convención social. Igual que hoy esos servicios de liquidez existen, pueden desaparecer.[6] O visto de otra manera: un árbol, una casa o incluso el oro siguen teniendo valor para una persona viviendo en una isla desierta. Una moneda fiduciaria no. Nótese que el que una moneda fiduciaria pura sea una burbuja no es una afirmación que dependa de si el nivel de precios es 2, 20 o 200. Cualquier valor positivo de una moneda fiduciaria pura es una burbuja.
El que una moneda fiduciaria sea una burbuja no es, sin embargo, necesariamente negativo. Es más, es relativamente sencillo pensar en situaciones en los que una burbuja incrementa el bienestar de los agentes en una economía. Una pregunta que suelo poner en mis exámenes de macro es demostrar como, por ejemplo, en un mundo con generaciones solapadas o con restricciones financieras, las burbujas son positivas (un resultado similar es que probablemente el número de crisis financieras óptimo no es cero).
Esta larga entrada me servirá para poder argumentar mañana que Bitcoin es una moneda fiduciaria privada (y, por tanto, una burbuja) y que, a pesar de su sofisticación tecnológica, no presenta una gran novedad conceptual.
1. Hay, sin embargo, muchos ejemplos de trueque como manera de implementar ciertas transacciones cuando el uso de otros medios de pago es difícil. El ejemplo cuantitativamente más importante es en comercio internacional, cuando dos países no tienen acceso a monedas convertibles (como era el caso en el pasado entre tribus diferentes, con muchos países del antiguo bloque comunista o con la Alemania nacionalsocialista en los años anteriores a la guerra). Más cercano a casa, cuando yo era pequeño, era el intercambio de cromos entre los niños del colegio (desconozco si esta práctica sigue existiendo), que generaba líquidos mercados y precios relativos acorde con la escasez de cada cromo. Existe una literatura enorme en economía sobre como organizar intercambios en estos casos, algo sobre lo que llevo tiempo queriendo escribir con más calma.
2. Existe un segundo problema: asegurar que los agentes con saldos negativos no “desaparezcan” del sistema, generando impagos. De hecho, Kiyotaki y Moore enfatizan este problema de falta de compromiso como más importante que el de fricciones en el intercambio. Hoy me olvidaré del problema de conseguir que las deudas se paguen y solo mencionaré, uno, que este es el motivo por el que los grupos de intercambio tienden a romperse en cuanto alcanzan cierto nivel donde los mecanismos alternativos de control social (conocimiento mutuo, lazos familiares o afectivos, etc.) son menos eficaces y, dos, que el sistema de fichas que describo en el siguiente párrafo simplifica este problema al limitar los saldos negativos.
3. La etimología de numismática recoge esta idea: νόμισμα viene de νόμος, que no solo significa costumbre sino, como explica Richard Seaford, también reconocimiento de una memoria.
4. No está claro, en la evidencia antropológica, si el oro es valioso porque se emplea para fabricar joyas o si se emplea para fabricar joyas porque es valioso como medio de intercambio (o sencillamente una combinación de ambas propiedades; el oro fue quizás el primer metal trabajado por los humanos de manera sistemática por su maleabilidad y por tanto un candidato natural para ambos papeles a pesar de su fragilidad y su tendencia a “sudar” polvo). Como decíaAlfred Marshall there is something fiduciary in the value of gold and silver. Yo lo explico siempre en clase con el ejemplo de los diamantes naturales versus los sintéticos. La gente demanda los diamantes naturales para los anillos de pedida porque son caros, no al revés. Si lo que diese utilidad es el diamante en si mismo, uno le podría regalar a su pareja un diamante sintético de excelente calidad y más barato sin miedo a enfados. La brillantez de DeBeers fue precisamente crear esa sensación de valor de los diamantes naturales.
5. Muchas monedas locales no son monedas fiduciarias puras, ya que un banco o asociación que las respalda se compromete a actuar como una caja de conversión que las cambia por dólares regulares, quizás con una pequeña prima. En la historia de España tenemos los pellofes, que se utilizaban en muchas comunidades religiosas (un reciente artículo aquí).
6. Mi definición de burbuja, siguiendo la práctica más extendida en la literatura, no computa el valor de liquidez como parte del fundamental de la moneda. Otros economistas pueden preferir estos servicios de liquidez dentro del fundamental de un activo. Tal redefinición me parece poco útil: confunde más que ayuda.
El gobierno paga, con los dolares, bienes o servicios que compra o transferencias que realiza. En otras palabras, el gobierno compensa en el presente a terceros con promesas de redencion de impuestos futuros. Pagos con promesas hacia el futuro se llama deuda.
Otra manera de verlo es la siguiente. Imaginemonos que este mes Amazon paga un porcentaje del salario de sus empleados con tarjetas regalo de Amazon (es decir, tarjetas que solo se pueden redimir comprando productos en Amazon.com). Cualquier libro de contabilidad explica que el valor de estas tarjetas regalos tiene que apuntarse en los pasivos del balance como una deuda, por mucho que Amazon no haya “pedido prestadas” las tarjetas regalo. Son deuda porque son la promesa de pago futuro (en bienes de Amazon) contra un servicio laboral realizado en el presente por el emepleado. Es mas, estas tarjetas pueden empezar a circular como medio de pago (por ejemplo, un empleado de Amazon le puede dar su tarjeta regalo a su jardinero como pago de sus servicios y el jardinero aceptarla ya que quiere a su vez darsela a su sobrino al que le gusta comprar productos en Amazon).
La teoria cuantitativa es solo un “caso particular “: bajo ciertas condiciones, existe una relacion entre la cantidad de dinero y el nivel de precios. No especifique en detalle esas condiciones (como, por ejemplo, el nivel de empleo de los factores productivos). De hecho Keynes llama a la Teoria General, la Teoria General precisamente por eso, porque incluye como un caso particular la teoria neoclasica normal.
Caso bit coin
Resumo esta larga entrada sobre el funcionamiento de Bitcoin:
1) Los miembros de la red se bajan un monedero electrónico a su ordenador o dispositivo portátil.
2) El monedero genera claves privadas y públicas que crean direcciones de Bitcoin.
3) El miembro de la red carga el monedero con un saldo positivo de bitcoins (probablemente comprándolas en un mercado de intercambio).
4) El miembro de la red puede a partir de ese momento emplear su clave privada para firmar pagos y sus direcciones de Bitcoin para recibir ingresos (estos pagos/ingresos conocidos genéricamente como transacciones).
5) De manera descentralizada, estas transacciones son verificadas por la red.
6) Una vez verificadas, los transacciones son incorporados a un libro mayor llamado cadena de bloques.
7) Los miembros de la red que han verificados las transacciones reciben como pago una pequeña comisión y el señoreaje de unas pocas nuevas monedas.
Como vemos, este sistema es equivalente a mantener un libro mayor (alternativa tres de mi entrada ayer), pero donde el libro, en vez de mantenerse por un “contable” de manera centralizada (lo que solemos llamar una cámara de compensación), se mantiene de manera “descentralizada”. Mañana argumentaré que este libro mayor descentralizado es la mejor aportación de Bitcoin y una tecnología que se puede imitar en muchos otros sistemas de pagos, actualmente anclados en tecnologías anticuadas.
Bitcoin es un ejemplo casi único de moneda fiduciaria privada que ha alcanzado fama y renombre mundial. Como tal moneda, esta sujeta incertidumbres, una inestabilidad casi inherente eineficiencias. Las rápidas fluctuaciones en su precio (unas ocho veces más volátil que S&P500) no son más que prueba clara de esta incertidumbre e inestabilidad y la hacen una mala inversión para casi todos los agentes.[4]
Mientras que el estudio de Bitcoin ha sido para mi fascinante, y espero que para los lectores no excesivamente aburrido, al final del día mi veredicto sobre esta moneda, excepto por la posible importancia de la idea de la cadena de bloques y la generación de incentivos a la innovación tecnológica en el sistema de pagos, es negativo. No creo que su generalización incremente el bienestar de la sociedad, al menos en economías avanzadas como Estados Unidos o Europa, aunque quizás no en desastres certificados como Venezuela o Argentina.
Esta afirmación es diferente, claro, de una predicción sobre su posible éxito. Las monedas fiduciarias privadas tienen lo que los economistas, en nuestra jerga, llamamos equilibrios múltiples: una situación donde muchas cosas diferentes pueden ocurrir. Sencillamente, en estas circunstancias, carecemos de los instrumentos para predecir el futuro. Como siempre dice Tom Sargent, el problema de la economía no es que imponga demasiadas restricciones en los observables, es que impone demasiadas pocas. Es más, puede que lo que triunfe al final sea una nueva moneda virtual diferente de Bitcoin. Como he explicado, existen muchos nuevos experimentos en el mercado de estas monedas y algunas de ellas incorporan interesantes avances con respecto al diseño original de Bitcoin. Igualmente, los estados están también experimentando con monedas electrónicas, como en Ecuador. Vivimos en tiempos de un acelerado cambio tecnológico y Bitcoin ha demostrado que el mismo también puede y debe de llegar a nuestros sistemas monetarios.
Mientras tanto, quizás lo más sensato sea regular adecuadamente los contratos realizados en Bitcoin y su tratamiento fiscal (en España, como me recuerda Francisco de la Torre, existe unaconsulta vinculante de la Dirección General de Tributos que explica su régimen en el IVA como efecto de comercio), entender bien las implicaciones de estas innovaciones tecnológicas (como siempre, en Estados Unidos y el Reino Unido van por delante de nosotros; un resumen de regulaciones aquí) e ir pensando en una reforma más profunda de nuestros sistemas monetarios públicos.
1. Sí, el argumento de radiar el oro de Ian Fleming no tiene mucho sentido. En la novela, Goldfinger quiere llevarse el oro y enviarlo a la Unión Soviética en un crucero que está visitando Estados Unidos en un supuesto gesto de “buena voluntad”. La crítica fustigó a Fleming al publicarse la novela por la dificultad logística de cargar el oro en el tren antes de que llegasen los refuerzos del ejército a impedírselo, con lo que la película cambia el plan. Por otro lado, la novela ofrece muchos más detalles sobre las actividades de Goldfinger sorteando el control de capitales del Reino Unido en ese momento (M, por ejemplo, se pregunta con razón porqué el valor de la libra esterlina depende del oro en los sótanos del Banco de Inglaterra y no de la capacidad de la economía británica de producir bienes y servicios). Sin embargo la película tiene el comentario más gracioso desde la perspectiva de 2015: Goldfinger guarda parte de su oro en Venezuela, país que sale a menudo en la obra del novelista inglés como ejemplo de probidad financiera.
2. Siempre me ha llamado poderosamente la atención que los mismos economistas que consideran obvio (con razón) que un precio fijo en el mercado de alquileres de pisos (por ejemplo, por una regulación pública) genera un nivel inadecuado de alquileres no vean porque un precio fijo en el mercado de inversión-ahorro (una cota cero de los tipos de interés nominal operativa) genera un nivel inadecuado de ahorro. En todo caso existe un argumento más profundo: la coordinación intertemporal es mucho más compleja y fragil que la coordinación intratemporal. Es por ello siempre peligroso importar la intuición de los modelos estandard de micro intermedia en macro, pues los mecanismos que los primeros enfatizan pueden romperse en los segundos por muchos motivos.
3. Si los precios y salarios fueran plenamente flexibles, la cota cero no sería tampoco un problema (y el producto no estaría parcialmente determinado desde el lado de la demanda): los precios subirían lo suficientemente rápido como para conseguir que el tipo de interés real fuera el adecuado. Cualquiera que haya firmado un contrato de telefonía sabe que los precios no son flexibles: la compañía se compromete a no cambiar el precio del servicio por la duración del contrato (un año, normalmente). De igual manera, los alquileres de los pisos (incluso en mercados completamente liberalizados), los salarios, el precio del periódico y muchísimos otros precios solo se revisan de vez en cuando debido a una serie de razones como los costes de renegociación o los límites en los flujos de información que reciben los agentes. Curiosamente el problema con los precios no es que estos suban demasiado deprisa, es que la rigidez de precios genera demasiada poca inflación.
4. Existe incluso una razón más importante detrás de estas fluctuaciones: la indeterminación del tipo de cambio entre monedas fiduciarias puras, como en el clásico trabajo de Kareken y Wallace.
http://nadaesgratis.es/fernandez-villaverde/mis-aventuras-con-bitcoin-iii-historia-y-evaluacion
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Alternativas /Estudios -Competencia entre dineros privados fiducitarios


Can Currency Competition Work?∗ Jesus Fernandez-Villaverde University of Pennsylvania, NBER, and CEPR Daniel Sanches Federal Reserve Bank of Philadelphia
Can competition among privately issued fiat currencies work? The sudden appearance of Bitcoin, Ethereum, and other cryptocurrencies has triggered a wave of public interest in privately issued monies.1 A similar interest in the topic has not been seen, perhaps, since the vivid polemics associated with the demise of free banking in the English-speaking world in the middle of the 19th century (White, 1995). Somewhat surprisingly, this interest has not translated, so far, into much research within monetary economics. Most papers analyzing the cryptocurrency phenomenon have either been descriptive (B¨ohme, Christin, Edelman, and Moore, 2015) or have dealt with governance and regulatory concerns from a legal perspective (Chuen, 2015).2 In comparison, there has been much research related to the computer science aspects of the phenomenon (Narayanan, Bonneau, Felten, Miller, and Goldfeder, 2016).
Conclusion
In this paper, we have shown how a system of competing private currencies can work. Our evaluation of such a system is nuanced. While we offer glimpses of hope for it by showing the existence of stationary equilibria that deliver price stability, there are plenty of other less desirable equilibria. And even the best equilibrium does not deliver the socially optimum amount of money. Furthermore, at this stage of the research, we do not have any argument to forecast the empirical likelihood of each of these equilibria. Although a system of competing currencies does not necessarily imply efficiency and stability, we have identified the characteristics of an efficient and stable private monetary arrangement under free entry, given that our framework is sufficiently flexible to consider relevant extensions of the baseline model. As we have seen, the introduction of productive capital fundamentally changes the properties of the model, implying the existence of a unique equilibrium allocation that can be arbitrarily close to the efficient allocation depending on the technological rate of return on capital. This result is illuminating as it identifies the characteristics of a socially beneficial private monetary system. We have, nevertheless, just scratched the surface of the study of private currency competition. Many topics, including the analysis of the different degrees of moneyness of private currencies (including interest-bearing assets and redeemeable instruments), the role of positive transaction costs among different currencies, the entry and exit of entrepreneurs, the possibility of market power by currency issuers, or the consequences of the lack of enforceability of contracts are some of the avenues for future research that we hope to tackle shortly.


“Hay un fenómeno nuevo (Bitcoin), leemos sobre el mismo, tenemos curiosidad y construimos un modelo para intentar entender cómo funciona este fenómeno. En el proceso buscamos identificar los mecanismos principales, las fortalezas y debilidades de los argumentos y aprender cosas. De los resultados de mi trabajo hay cosas que sospechaba serían ciertas (bajo ciertas condiciones la competencia entre monedas privadas puede funcionar); cosas que no se me habría ocurrido pensar nunca sin haberme sentado a escribir un modelo (la posibilidad de espirales inflacionistas auto-realizadas en dineros privados); y cosas sobre las que ahora pienso distinto que hace unos meses (los efectos de red en el uso de moneda son mucho menos relevantes de lo que habría defendido en el otoño). Sin el uso de un modelo y la disciplina que las matemáticas te imponen no hubiese aprendido ni la mitad de las cosas que he aprendido. Muchas de las conjeturas que creíamos ser ciertas (y sobre las que, si me hubiese limitado al argumento verbal, seguro que habría sido capaz de elocuentemente explicar) resultaron no cumplirse y, al revés, muchas cosas que no sabíamos surgieron de las matemáticas sin nosotros buscarlas. Por supuesto el modelo es el modelo y uno tiene que juzgar, con sentido común, qué resultados son robustos y cuáles no, pero para eso está el desarrollo de la literatura. Ya me están llegando muchos comentarios (aunque muchos de los que se leen en Marginal Revolution no son muy buenos) y sugerencias, que empujaran la investigación”. JFV
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Fuente
http://economics.sas.upenn.edu/~jesusfv/currency_competition.pdf






Debate en foro:






Debate Rallo / Garzón
Debate entre Rallo (TaAustriaca) y Garzon (IU) sobre la Teoría Monetaria Moderna
https://www.youtube.com/watch?v=mb2rq2JOwJA


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