Dinero, política fiscal y estabilidad: ¿Es necesario el déficit fiscal? Enrique Mendoza Méndez

Dinero, política fiscal y estabilidad: ¿Es necesario el déficit fiscal? Enrique Mendoza Méndez

La presente contribución tiene por objetivo examinar distintas perspectivas teóricas del alcance de la política fiscal y, de manera particular, revisa el debate en torno al déficit público. En primer lugar, se presenta la importancia del debate sobre la endogeneidad y exogeneidad del dinero y el alcance de la política fiscal. Después se contrasta la visión convencional con la post-keynesiana sobre el impacto del déficit público. El tercer apartado retoma la contribuión de Minsky sobre los efectos ingreso, renta y cartera de los déficits públicos, así como la necesidad de implementar un Big Government para estabilizar la economía. Finalmente, se analiza la teoría del circuito monetario de Alain Parguez, donde el déficit fiscal permite la acumulación de empresas y genera expectativas positivas sobre la inversión. Teoría del dinero y política fiscal

En cuanto al dinero y su génesis se localizan dos posturas fundamentales: La primera considera al dinero como una mercancía que tiene incorporado un valor en sí mismo. Este al consolidarse como un equivalente general, permite el intercambio, agiliza la realización de las mercancías e incentiva la especialización de los productores. Una de la obras que sintetiza con mayor claridad dicha posición es el artículo de Karl Menger “On the Origin on Money” y Carlos Marx, en el Tomo I, cuando aborda la moneda como el equivalente para intercambiar las mercancías. La segunda, postura considera al dinero como representación de una estructura social, cuyos principales aportaciones son la teoría del dinero crédito y la teoría del dinero estatal, donde el dinero es resultado de arreglos institucionales e incide sobre el sistema productivo. Este ultimo tipo de análisis con todas sus especificidades se encuentra en The Treatise On Money Volumen I The Pure Theory of Money de John Maynard Keynes publicado en 1930 previo a The General Theory of Employment, Interest and Money (1936). El debate sobre el papel del dinero es útil para entender con mayor claridad las diferentes posturas sobre los alcances de la política fiscal y monetaria dentro las principales escuelas del pensamiento económico, así como su incidencia en el control de la cantidad de dinero o para la regulación del sistema financiero. A mediados del siglo XIX, cuatro principios caracterizaron el pensamiento monetario clásico: i) la existencia del dinero no interfiere con las leyes del valor (J.S.Mills, 1971 citado en Laidler), ii) el valor del dinero es explicado por el valor de los metales que contiene; iii) la variación en la cantidad de dinero causa variaciones en los precios, y no viceversa; y iv) los billetes son parte de la oferta monetaria, sólo si son convertibles en oro o plata (Ingham, 2004: 19). 81 Análisis No.15 Para que el dinero funcione como equivalente general es necesario que su valor sea estable. Bajo el principio de la estabilidad, Fisher en The Purchasing of Money (1911), desarrolla la clásica exposición de la teoría cuantitativa, donde aparece la identidad entre la cantidad de dinero y el valor de las mercancías. MV=PT El valor real de la moneda, por lo tanto dependerá de la cantidad de moneda (M), del volumen de bienes y servicios (T) y de la velocidad del dinero (V). A principios del siglo XX podemos encontrar dentro de la economía neoclásica cuatro principios metodológicos acerca del dinero: i) opera con un modelo de economía real de trueque, donde el dinero simboliza razones de cambio. El dinero es neutral y sólo actúa como medio de cambio; ii) el dinero existe porque disminuye las dificultades del trueque directo, es decir, resultado de la minimización de los costos de producción; iii) Al ser una mercancía más, el valor del dinero puede ser explicado por la teoría general del valor, es decir en función de la oferta y la demanda, y los márgenes de utilidad; y iv) sí se mantiene constante la oferta, la demanda y la utilidad marginal, el nivel de precios está determinado por la relación entre la cantidad de dinero en circulación y la oferta de bienes y servicios (Ingham, 2004: 33-34).

 Bajo estos principios, la oferta de dinero queda supeditada a las necesidades de la “economía real”.1                                                             1 La denominada por Ingham, meta-teoría de la economía real y el axioma de la economía cuantitativa siguen presentes en el pensamiento ortodoxo: monetarismo, expectativas racionales y nuevos clásicos. Mayo-Agosto 2013    82 En la perspectiva convencional el dinero facilita el intercambio y su crecimiento, con relación a la cantidad de bienes y servicios, generará un mayor nivel de precios. La política monetaria buscará que la oferta de dinero crezca de manera proporcional al PIB y la política fiscal, por medio de la instrumentación de un Estado mínimo y balances presupuestarios equilibrados, deberá evitar distorsiones en los mercados privados y el desplazamiento del sector privado. Sin embargo, el modelo monetario antes descrito no es apropiado para describir el financiamiento del capitalismo, pues en él no existe espacio para el financiamiento. Los bancos utilizan de manera empresarial el dinero para tomar posiciones especulativas, considerando la producción de mercancías para su venta futura o considerando las fluctuaciones del valor del dinero en sí mismo (Ingham, 2004: 26). Los bancos incluso pueden producir dinero crédito a través de préstamos y generación de depósitos. En contraste, en el pensamiento post-keynesiano el dinero es endógeno, es decir, la oferta de dinero está determinada por la demanda de crédito. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de relaciones de poder entre grupos sociales. Existe un poder hegemónico que incide sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito generada por Alfred Mitchell-Innes en “What is Money?”(1913) y “The Credit Theory of Money” (1914), y la teoría del dinero estatal, que desarrolló George Friedrich Knapp en su libro The State of Money (1924). Con estos antecedentes Keynes desarrolla las bases para entender el dinero endógeno.

articulo entero en :

http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/15/pdfs/MendozaOlaFin15.pdf

Randall Wray en El papel del dinero hoy analiza el dinero desde el enfoque chartalista y su relación con los niveles de gasto, ingreso y deuda gubernamental. En este enfoque el dinero es una criatura del Estado. A través de los impuestos que impone el Estado sobre los ciudadanos, valida una moneda sobre la que tiene el monopolio de emisión. “El Estado no necesita el dinero del público para gastarlo, sino, antes bien, el público necesita el dinero del gobierno para pagar sus impuestos” (Wray, 2006: 65).3 Los impuestos no financian el gasto, sino mantiene la demanda por moneda fiduciaria del gobierno. El gobierno crea moneda fiduciaria para comprar bienes y servicios. Una vez que el gobierno ha realizado el gasto, entonces esa moneda queda disponible para ser transferida al gobierno, para que se puedan cumplir las obligaciones tributarias. El Estado moderno “utiliza los impuestos como medio para inducir a la población suministrar bienes y servicios al Estado, proporcionado a cambio la moneda que se usará para retirar las obligaciones tributarias.” (Wray, 2006: 106).
El Tesoro gasta anticipadamente sin tomar en consideración el recibo previo de impuestos o la venta anterior de bonos. El gasto del Tesoro determina un crecimiento en la misma proporción de las reservas bancarias. La recaudación de impuestos es un requerimiento para mantener la estabilidad en el mercado de reservas. Los impuestos no financian al gasto, sino que crean demanda de dinero y afectan a las reservas. El poder de tributar es el poder de destruir la riqueza liquida del sector privado (Wray, 2006: 197, 199 y 231).

Para los post-keynesianos el dinero es inherente al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda local.  

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La necesidad del Big Government en el pensamiento de Minsky 

Hyman Minsky en Stabilizing an Unstable Economy, argumentó que las economías capitalistas, al contar con estructuras financieras complejas, sofisticadas y en evolución, son inherentemente inestables. Dicha inestabilidad genera condiciones propicias para procesos inflacionarios o depresiones profundas. (Minsky, 2008: 11) Para Minsky dos tipos de intervención estatal son necesarias para contener una mayor depresión en los Estados Unidos a mediados de la década de los setenta: “(1) la política fiscal del Big Government: los grandes déficits federales en las recesiones afectaron directamente los ingresos, sostuvieron los compromisos financieros privados, y han mejorado la composición de las carteras, y (2) el Prestamista de Última Instancia: refinanciamientos fueron ejecutados adecuadamente por el sistema de la Reserva Federal y en cooperación con organismos privados y públicos” (Minsky, 2008: 21). El Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias por medio de sus déficits.


Teoría del circuito monetario

 El principal representante de esta escuela es Alain Parguez que identifica dos modos de producción: el modo de producción coercitivo (MPCO) y modo de producción monetario (MPM). Este último es característico de las relaciones capitalistas y su núcleo fundamental está regido por 5 propiedades básicas:
1) los empresarios son propietarios privados de los recursos productivos;
2) el trabajo es libre;
3) el valor de la producción se realiza en los mercados que son los espacios donde se gasta el dinero; 4) el Estado monetario crea dinero para gastar a fin de garantizar la producción de valores colectivos; los bancos, bajo el soporte del Estado, crean dinero para permitir la acumulación de las empresas; y 5) las empresarios determinan libremente la inversión sin estar ligados al ahorro (Parguez, 2006:47).

Desde una visión chartalista Parguez identifica cuatro propiedades básicas del dinero en el MPM: i) es creado para ser destruido; ii) está fundado sobre una doble relación de endeudamiento; iii) en sí no tiene la función de reserva de valor; y iv) es siempre endógeno (Parguez, 2006: 47). El dinero vale porque es aceptado, esto es, por las consecuencias que originan su gasto inmediato


A manera de conclusión 

Desde la perspectiva del pensamiento convencional, bajo el supuesto del dinero exógeno y el pleno empleo, el déficit fiscal genera una mayor presión por el lado de la demanda agregada, provocando que aumenten los precios. Por el lado de los ingresos, la venta de bonos es una alternativa para el financiamiento del gasto público. Sin embargo, estas operaciones tienen cierto límite y tarde o temprano desembocaran en la creación de dinero, generando presiones inflacionarias. Asimismo, el déficit público genera un efecto “crowding out”, donde la emisión de deuda pública entra a competir con el sector privado por los recursos con que cuenta la economía, generando un aumento de las tasas de interés. En la teoría de la equivalencia ricardiana la “ilusión financiera” provocada por el déficit público es anticipada por los agentes económicos, que retraen su gasto para poder pagar mayores impuestos en el futuro, neutralizando los efectos de la política fiscal.

Por lo tanto, en el pensamiento convencional se ha llegado a un consenso: lo mejor que pueden hacer los gobiernos es procurar que las finanzas públicas permanezcan equilibradas para no generar inestabilidad. El pensamiento convencional aboga por una mínima intervención del Estado en la economía. En contraste, en el pensamiento keynesiano sólo se deben mantener presupuestos equilibrados en tiempos de plena ocupación de la capacidad productiva. El gasto público puede reconducir la demanda agregada hacia un nivel de producción sostenida con pleno empleo. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito de Alfred Mitchel-Innes y la teoría del dinero estatal, desarrollada por George Friedrich Knapp. Por una parte, la teoría del dinero crédito trata de explicar el papel del crédito bancario en el capitalismo, que empieza a funcionar como medio de cambio y es emitido de manera independiente al emisor soberano. Por otro lado, la teoría del dinero estatal considera al dinero como una construcción social, una expresión de la compleja batalla entre, prestamistas y prestatarios, y el Estado. Keynes en su obra desarrolla las bases del dinero endógeno. Para los autores post-keynesianos, el dinero es consustancial al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda local. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de ciertas relaciones de poder entre diferentes grupos sociales. Existe un poder hegemónico que puede incidir sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero.

Desde la perspectiva de Randall Wray el objetivo de la política monetaria es establecer una tasa de interés a corto plazo, es decir, la regulación de los mercados financieros; mientras que la política fiscal se utiliza para incrementar la estabilidad en el valor de la moneda por medio del control de la cantidad de dinero emitido por el gobierno. El Estado controla la cantidad de dinero que se emite inicialmente mediante la política fiscal y no mediante la política monetaria. Algunos autores post-keynesianos proponen el retorno de las Finanzas Funcionales de Abba Lerner, donde el gasto público y los impuestos impactan directamente el nivel de gasto en la economía, y el gobierno tiene la responsabilidad de mantener un nivel de gasto que permita que se realice la producción potencial. A su vez, la deuda pública tiene la función de regular la cantidad de moneda y bonos de gobierno en manos del público, buscando mantener una tasa de interés que induzca a la inversión.

Para Hyman Minsky un Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias por medio de sus déficits y opera a través de demanda agregada, los excedentes sectoriales y los incrementos de los pasivos del gobierno en las carteras privadas. Los déficits públicos tiene tres distintos impactos en la economía: el efecto renta y empleo, el efecto presupuestario y el efecto cartera. Cada vez que un Big Government tiene un superávit o déficit, algunos instrumentos financieros son absorbidos o creados. En particular, cuando el Big Government que tiene un enorme déficit durante una recesión, otros sectores, incluidas las organizaciones financieras, tales como bancos, cajas de ahorros y compañías de seguros, adquieren la deuda emitida por el gobierno para financiar el déficit. En tiempo de recesión el déficit público mejora la liquidez de los portafolios privados.

En la teoría del circuito monetario, la creación de dinero permite la acumulación privada y la producción de bienes colectivos por parte del Estado. En la fase de flujo, las empresas necesitan cubrir sus costos de producción y realizar la inversión privada. El Estado, por su parte, tiene que cubrir los costos de bienes colectivos y la inversión en capital colectivo. En la fase de reflujo el dinero es destruido. El valor de la producción se realiza en las compras, por parte de las empresas, y en los impuestos, que son los precios de los bienes colectivos que impone el Estado. El déficit fiscal, siguiendo con el enfoque del circuito monetario, supone que la sociedad dispone más dinero para sus gastos que el que fue creado por los bancos. Las ganancias netas del sector privado están determinadas exclusivamente por la suma del déficit público y el aumento de la deuda neta de los hogares (ahorro neto negativo) para financiar su consumo previsto en el futuro. Los déficits planificados del Estado son la precondición para lograr el incremento de la riqueza neta del sector privado y el pleno empleo.


El enfoque endógeno del Dinero.The Endogenous Money Approach by L. Randall Wray

The Endogenous Money Approach by L. Randall Wray*


El papel del dinero en una economía monetaria de producción vs teorias monetaristas


El enfoque endógeno del Dinero


L. Randall Wray 


Universidad de Missouri en Kansas City; Bard College - El Instituto de Economía Levy

01 de agosto 2001


Bajo el supuesto del dinero exógeno, neutral, que facilita el intercambio y se supedita a las necesidades de la “economía real”, la economía convencional considera que lo mejor es preservar presupuestos públicos equilibrados, para no generar inflación y el desplazamiento de la inversión privada. Por su parte, los autores post-keynesianos, partiendo del supuesto de un dinero endógeno, representación de una estructura social, resultado de arreglos institucionales y que responde a las necesidades del sistema productivo, consideran que el déficit público tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias, y es imprescindible durante la recesión para darle liquidez a las familias y las empresas.

Abstracto: 
En la teoría neoclásica, el dinero es una variable exógena: El dinero es neutral, mera determinación de los precios nominales; y la oferta de dinero es controlada por el banco central. 

Este documento delinea cómo postkeynesianos ofrecen una clara alternativa al enfoque neoclásico. Los temas tratados incluyen: principios keynesianos, que hace hincapié en la incertidumbre y el acaparamiento de dinero; teoría de circuitos, que se centró en el papel del dinero en el gasto de la financiación; horizontalidad, que señaló la incapacidad del banco central para controlar las reservas; dinero endógeno;neo-Chartalism, que se ve en el papel del Estado en la designación de una unidad de cuenta para los impuestos y otras obligaciones monetarias; finanzas funcionales, que se niega a separar la política fiscal y monetaria;el fracaso de la política monetaria para afectar el desempleo; y el uso de la política fiscal, a través de un gobierno de "reserva de estabilización" de la mano de obra, para reducir el desempleo

Working Paper No. 17 *PROFESSOR, UNIVERSITY OF MISSOURI-KANSAS CITY


In Neoclassical theory, money is really added as an after thought to a model that is based on a barter paradigm. In the long run, at least, money is neutral, playing no role except to determine unimportant nominal prices. Money is taken to be an exogenous variablewhose quantity is determined either by the supply of a scarce commodity (for example, gold), or by the government in the case of a “fiat” money. In the money and banking textbooks, the central bank controls the money supply through its provision of required reserves, to which a deposit multiplier is applied to determine the quantity of privatelysupplied bank deposits.

The evolving Post Keynesian endogenous approach to money offers a clear alternative to the orthodox, neoclassical approach. With regard to monetary theory, early Post Keynesian work emphasized the role played by uncertainty and was generally most concerned with money hoards held to reduce “disquietude”, rather than with money "on the wing” (the relation between money and spending). However, Post Keynesians always recognized the important role played by money in the “monetary theory of production” that Keynes adopted from Marx. Circuit theory, mostly developed in France, provided a nice counterpoint to early Post Keynesian preoccupation with money hoards, focusing on the role money plays in financing spending. The next major development came in the 1970s, with Basil Moore’s horizontalism (somewhat anticipated by Kaldor), which emphasized that central banks cannot control bank reserves in a discretionary manner. Reserves must be “horizontal”, supplied on demand at the overnight bank rate (or fed funds rate) administered by the central bank. This also turns the textbook deposit multiplier on its head as causation must run from loans to deposits and then to reserves. This led directly to development of the “endogenous money” approach that was already apparent in the Circuit literature. When the demand for loans increases, banks normally make more loans and create more banking deposits, without worrying about the quantity of reserves on hand. Privately created credit money can thus be thought of as a horizontal “leveraging” of reserves (or, better, High Powered Money), although there is no fixed leverage ratio. In recent years, some Post Keynesians have returned to Keynes’s Treatise and the State Theory of Money advanced by Knapp and adopted by Keynes therein.

Rather than imagining a barter economy that discovers a lubricating medium of exchange, this neo-Chartalist approach emphasizes the role played by the state in designating the unit of account, and in naming exactly what thing answers to that description. Taxes (or any other monetary obligations imposed by authorities) then generate a demand for that money thing. In this way, Post Keynesians need not fall into the “free market” approach of orthodoxy, which imagines some pre-existing monetized utopia free from the evil hands of government. The neo-Chartalist approach also leads quite nicely to Abba Lerner’s functional finance approach, which refuses to make a fine separation of fiscal from monetary policy.

Money, government spending, and taxes are thus intricately interrelated. This approach rejects Mundell’s “optimal currency area” as well as the monetary approach to the balance of payments. It is not possible to separate fiscal policy from currency sovereignty-which explains why the “one nation, one currency” rule is so rarely violated, and when it is violated it typically leads to disaster (as in the current case of Argentina, and-perhaps-in the future case of the European Union!). Like Keynes, Post Keynesians have long emphasized that unemployment in capitalist economies has to do with the fact that these are monetary economies. Keynes had argued that the “fetish” for liquidity (the desire to hoard) causes unemployment because it keeps the relevant interest rates at too high a level to permit sufficient investment to raise aggregate demand to the full employment level. While it would appear that monetary policy could eliminate unemployment either by reducing overnight interest rates, or by expanding the quantity of reserves, neither avenue will actually work. When liquidity preference is high, there may be no rate of interest that will induce investment in illiquid capital-and even if the overnight interest rate falls, this does not mean that the long term rate will. Further, as the horizontalists make clear, the central bank cannot simply increase reserves in a discretionary manner as this would only result in excess reserve holdings and push the overnight interest rate to zero without actually increasing the money supply. Indeed, when liquidity preference is high, the demand for, as well as the supply of, loans collapses.

Hence, there is no way for the central bank to simply “increase the supply of money” to raise aggregate demand. This is why those who adopt the endogenous money approach reject ISLM-type analysis in which the authorities can eliminate recession simply by expanding the money supply and shifting the LM curve out. Furthermore, unlike orthodox economists, Post Keynesians reject a simple NAIRU or Phillips Curve trade-off according to which some unemployment must be accepted as “natural” or as the cost of fighting inflation. Earlier, some Post Keynesians had argued for “incomes policy” as an alternative way of fighting inflation, however, that rarely proved to be politically feasible. Lately, at least some Post Keynesians have argued that not only is the inflation-unemployment “trade-off” unnecessary, but that full employment can be a complement to enhanced price stability. This is accomplished through creation of a “buffer stock” of labor, according to which the government offers to hire anyone ready, willing, and able to work at some pre-announced and fixed wage. The size of the buffer stock moves counter-cyclically, such that government spending on the program will act as an “automatic stabilizer”. At the same time, the fixed wage and benefit package helps to moderate fluctuation of “market” wages. Finally, it is emphasized that the “functional finance” approach to money and fiscal policy advanced by Lerner explains why any nation that operates with a sovereign currency will be able to “afford” full employment. In this way, it is recognized that while unemployment exists only in monetary economies, unemployment does not have to be tolerated even in monetary economies. When aggregate demand is low, fiscal policy-not monetary policy-can raise demand and provide the needed jobs.
The problem is not that money is “neutral”, but that when demand is low, the private sector will not create money endogenously, hence, the government must expand the supply of HPM through fiscal policy. If a deficit results, this will increase reserves held by the banking system, which must be drained through sale of government bonds in order to prevent a situation of excess reserve holdings from pushing overnight interest rates to zero. Therefore, bond sales by the treasury are seen as an “interest rate maintenance operation” and not as a “borrowing” operation. Indeed, no sovereign issuer of the currency needs to borrow its own currency from its popula tion in order to spend.



For Further Reading Brunner, Karl. 1968. “The Role of Money and Monetary Policy”, Federal Reserve Bank of St. Louis Review, vol 50, no. 7, July, p. 9. Cook, R.M. 1958. “Speculation on the Origins of Coinage”, Historia, 7, pp. 257-62. Davidson, Paul. Money and the Real World, London, Macmillan, 1978. Deleplace, Ghislain and Edward J. Nell, editors. Money in Motion: the Post Keynesian and Circulation Approaches, New York, St. Martin's Press, Inc., 1996. Dow, Alexander and Schiela C. Dow 1989. “Endogenous Money Creation and Idle Balances”, in Pheby, John, ed, New Directions in Post Keynesian Economics, Aldershot, Edward Elgar, p. 147. Friedman, Milton. 1969. The Optimal Quantity of Money and Other Essays, Aldine, Chicago. Grierson, Philp (1979), Dark Age Numismatics, Variorum Reprints, London. -----. 1977. The Origins of Money, London: Athlone Press. Hahn, F. 1983. Money and Inflation, Cambridge, MA: MIT Press. Innes, A. M. 1913, “What is Money?”, Banking Law Journal, May p. 377-408. Kaldor, N. The Scourge of Monetarism, London, Oxford University Press, 1985. Keynes, John Maynard. The General Theory, New York, Harcourt-Brace-Jovanovich, 1964. -----. A Treatise on Money: Volume 1: The Pure Theory of Money, New York, Harcourt-BraceJovanovich, 1976 [1930]. Knapp, Georg Friedrich. The State Theory of Money, Clifton, Augustus M. Kelley 1973 [1924]. Lerner, Abba P. "Money as a Creature of the State", American Economic Review, vol. 37, no. 2, May 1947, pp. 312-317. Marx, Karl. Capital, Volume III, Chicago, Charles H. Kerr and Company, 1909. Moore, Basil. Horizontalists and Verticalists: The Macroeconomics of Credit Money, Cambridge, Cambridge University Press, 1988. Mosler, Warren, Soft Currency Economics, third edition, 1995. Parguez, Alain.1996. “Beyond Scarcity: A Reappraisal of the Theory of the Monetary Circuit”, in E. nell and G. Deleplace (eds) Money in Motion: The Post-Keynesian and Circulation Approaches, London: Macmillan. Rousseas, Stephen. Post Keynesian Monetary Economics, Armonk, New York, M.E. Sharpe, 1986. Wray, L. Randall. Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and Price Stability, Edward Elgar: Cheltenham, 1998. -----.. Money and Credit in Capitalist Economies: The Endogenous Money Approach, Aldershot, Edward Elgar, 1990.

Wray, L. Randall, El Enfoque Dinero Endógeno (1 de agosto, 2001). 
http://www.cfeps.org/pubs/wp-pdf/WP17-Wray.pdf


https://docs.google.com/document/d/17XT0xvRGoGDxAs25kCKb4tG4MXNzude2iEriKXOrwi0/edit

L. Randall Wray, dinero y del crédito en las economías capitalistas; Enfoque Endógeno Dinero

Money and Credit in Capitalist Economies: The Endogenous Money Approach  22 nov 1990

Las instituciones importan y mucho Vicente Donoso Donoso

Las instituciones importan y mucho

Entrar en la teoría del crecimiento es no salir de ella. Algo de esto dijo hace unos veinte años Robert Lucas, fascinado por “la mecánica del desarrollo “, cuando andaba empeñado en revolucionar los fundamentos de la macroeconomía. Después de un par de décadas de ocultación, la preocupación teórica por el crecimiento resurgió con fuerza, a mediados de los años 80 del siglo XX, y trajo nuevas aportaciones a la relación entre el progreso económico y sus determinantes: capital humano, infraestructuras, condiciones geográficas, nivel tecnológico y efecto de las instituciones, entre otros, se han incluido en las contrastaciones econométricas, junto con los factores primarios –capital físico y trabajo– de la función de producción.
Libro: Acción colectiva y desarrollo. El papel de las instituciones.
En tiempos recientes, las instituciones han llamado la atención tanto de organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional cuanto de los estudiosos del crecimiento y el desarrollo. Como ocurre en todo tópico que salta con cierta celeridad a la fama, la multiplicidad de los cultivadores aporta riqueza analítica y empírica, pero también una cierta oscuridad, si es que no confusión. Puede que en buena parte porque, urgidos por tareas en apariencia más apremiantes, tales como acopiar datos, ordenarlos y contrastarlos, se sacrifica el esfuerzo conceptual al aplicado, en la esperanza de que los propios datos hablen y aporten la luz. Pero raramente surge la luz de una pura encuesta histórico-empírica si, previamente, no ha habido una labor de desbastado de los conceptos para darles un sentido preciso, riguroso y, a ser posible, econométricamente contrastable. Las instituciones y su papel en el crecimiento no son una excepción a esta regla. Lo escurridizo del concepto y lo polisémico de su significado, según las diversas tradiciones teóricas (véase el cuadro 1 de la pág. 35) no facilitan la labor necesaria para su comprensión y la contrastación de su aportación al crecimiento.
Los párrafos anteriores enmarcan suficientemente bien la oportunidad del libro que se comenta.Acción colectiva y desarrollo. El papel de las instituciones tiene por objetivo, como bien se resume en el subtítulo, analizar el papel que cumplen las instituciones en el proceso de desarrollo de los países. Para ello, se aborda una amplia temática, distribuida en una introducción, nueve capítulos y cuatro anexos. Esta empresa, indudablemente muy amplia, se pretende llevar a cabo en un nivel deliberadamente medio, es decir, que pueda llegar a un público extenso, instruido e interesado, pero no necesariamente especializado en la materia. No se orillan las discusiones teóricas y técnicas de mayor calado, pero, en general, se mantienen en un marco de divulgación culta, de acuerdo con el planteamiento de los autores, o se relegan a recuadros y apéndices.
En el primer capítulo se realiza un recorrido sintético por las diversas corrientes teóricas desde las que se va gestando el pensamiento institucionalista hasta llegar a la actualidad. A pesar de ser un capítulo relativamente reducido para tan extensa materia, es suficientemente completo: el historicismo, el neoinstitucionalismo de Williamson, la teoría de la agencia o la teoría de juegos, entre otras, se convocan para dar al lector una buena perspectiva de la riqueza de tradiciones, la complejidad del concepto y las pistas para una mejor definición.
Esto último es lo que se pretende resolver en el capítulo segundo, donde se trata de modo específico el concepto de instituciones que van a utilizar Alonso y Garcimartín. En síntesis, la definición que consideran más ajustada a su propia visión es la ofrecida por A. Greif, para quien las instituciones pueden definirse como “un sistema de diversos factores sociales, reglas, normas, creencias, valores y organizaciones que conjuntamente motivan una regularidad en el comportamiento individual y social” (pág. 60). A propósito de esta definición, se podrían discutir y señalar muchos tópicos. Pero, en mi opinión, creo que son particularmente importantes los tres siguientes:
– Las instituciones deben imponer comportamientos regulares, que reducen la incertidumbre de los agentes.
– Las instituciones deben tener legitimidad social.
– Las instituciones deben ser racionales, pero no necesariamente promueven comportamientos óptimos, puesto que son el resultado de las posibles luchas de intereses de grupo en la sociedad.
¿Hasta qué punto es fecundo el punto de vista institucional para interpretar la realidad y ayudar a transformarla mediante la política económica? Para resolver esta importante cuestión, los autores contraponen dos grandes tradiciones que se disputan hoy día el escenario académico y político: el enfoque geográfico, con diversas clases de obstáculos físicos al desarrollo, y el enfoque institucional, también con diversas variantes sobre el tipo y papel de las instituciones. Un estudio histórico, a propósito de América Latina, permite fundamentar unas conclusiones, si no tajantes, sí razonables, acerca de la necesidad de fomentar instituciones técnicamente buenas, pero también, y muy fundamentalmente, “legítimas”, para promover el desarrollo económico de los países y la equidad.
De todos modos, resuelta (concedámoslo únicamente como hipótesis para llevar la discusión a otros terrenos) la disputa teórica, queda la necesidad de hacer operativos los conceptos. ¿Qué dimensiones institucionales debemos considerar y cómo decidir acerca de su calidad? Una amplia inmersión en la literatura permite a los autores indicar algunos de los vectores más relevantes a tener en cuenta. Por ejemplo: estabilidad política, estado de derecho, eficiencia en la gestión pública, control de la corrupción, capacidad para aplicar políticas, eficacia distributiva y políticas de participación ciudadana y de rendición de cuentas (pág. 115).
Captar lo principal de estos atributos institucionales es tarea ardua y remite a un conjunto de indicadores que se vienen usando a tal fin. Pues bien, los autores realizan un repaso de una nutrida gama de estos indicadores, analizando su contenido y la coherencia o contradicción entre ellos, lo que permite al lector formarse su propia opinión al respecto cuando tiene que enfrentarse con los resultados de estudios de diversas instituciones que recurren a uno o varios de dichos instrumentos. Y, a continuación, se realiza un repaso bastante completo sobre la situación internacional de las instituciones y la asociación de su calidad con diversas variables, como el PIB per cápita, los niveles de desigualdad, la apertura al exterior, la posesión de recursos naturales.
Completando en el capítulo seis el análisis anterior con un trabajo empírico propio, los autores destilan un puñado de factores que determinan la calidad institucional. Mencionemos: el nivel de desarrollo del país, aunque en un flujo que marcha en ambas direcciones; el nivel de equidad y cohesión social; un sistema fiscal suficiente en cuanto a la recaudación, y el nivel educativo. A la hora de concretar el camino recorrido, desde la definición del concepto hasta los factores que promueven las buenas instituciones, Alonso y Garcimartín resumen en cinco los del tipo de instituciones especialmente conectadas con la promoción de una buena economía de mercado: garantizar los derechos económicos básicos, promover la competencia, promover la coordinación y el fomento de los mercados, garantizar las condiciones de la estabilidad macroeconómica, promover la cohesión social y el control de conflicto.
¿Por qué es muy recomendable este libro? Creo que han ido quedando claras en el camino algunas de sus fortalezas. Pero insistiré en esas y en otras: no conozco, en el panorama en español, una contribución que pueda cubrir tan bien un espacio tan amplio en torno a las cuestiones institucionales. El hecho de que el libro se sitúe en un nivel medio de dificultad, asequible a personas interesadas con cierto nivel de cultura socioeconómica, no debe ocultar que se trata de una exposición sumamente competente, conocedora a profundidad de la literatura internacional sobre la cuestión, que no rehúye ni siquiera ciertos ejercicios estadísticos y econométricos, pero que es capaz de transmitir, de manera comprensible, lo muchísimo que hay que transmitir, incluso para quienes desconocen ciertas herramientas de los economistas. Además, en el libro se pretende combinar dos perspectivas, una posición que, como siempre en cuestiones de desarrollo, a unos les parecerá insuficientemente crítica con el sistema y a otros crítica en exceso. Pero la realidad es que, en mi opinión, los autores han encontrado un terreno equilibrado donde los políticos pueden encontrar conceptos, herramientas y justificaciones para un mayor desarrollo de la economía de mercado, al tiempo que los agentes sociales comprometidos con el cambio también encontrarán buen material en la defensa de las transformaciones sociales e institucionales necesarias para promover un mejor y más equitativo progreso económico.

Teoría de Contratos con Incentivos Óptimos , Sandro A. Huamaní Antonio


¿Qué tipo de Información modelamos? Existen dos tipos de información:
 (i) Información de Valor Privado: Sólo afecta los pagos de la parte que lo posee.
(ii) Información de Valor Común: Afecta los pagos de la parte que lo posee y de quién no lo posee.

En la Literatura Económica podemos ubicar básicamente tres tipos de problemas en un contextos de Información asimétrica, cuya solución es uno de los objetivos de la teoría de Contrato, las cuales son: I). Información Oculta (Selección Adversa): Se caracteriza porque el problema de información asimétrica se presenta ANTES del Contrato, además la información relevante no observable es de carácter EXÓGENO. En estos tipos de problema el resultado depende del TIPO de agente, algunos ejemplos son:
1. Discriminación por Calidad (Mussa y Rosen, 1978)
2. Regulación de un monopolio (Baron y Myerson, 1982)
3. Aplicación de Impuestos a la Renta no lineales (Mirrless, 1971)
4. Señales en el mercado laboral (Spence, 1973) La solución a dicho problema (respuestas) son los mecanismos de Señalización y Screening”






https://microeconomiaavanzada210.files.wordpress.com/2012/04/teorc3ada-de-incentivos-_lambda-group.pdf

La Economía del Bien Común es aceptada por el Comité Económico y Social Europeo

 


EBC:Economy for the Common Good

La Economía del Bien Común es aceptada por una abrumadora mayoría del Comité Económico y Social Europeo como herramienta de valoración del compromiso social de las empresas en la ECO/378 EESC-2015. La EBC pasa a formar parte del marco jurídico europeo y nacional.

Comite Economico y social de Europa

The EESC
  • considers that the Economy for the Common Good (ECG) model is conceived to be included both in the European and the domestic legal framework.  
  • believes that the ECG will contribute to the transition towards a "European Ethical Market" which will foster social innovation, boost the employment rate and benefit the environment.
  • hopes that the "European Ethical Market" will be built through the implementation of several strategies:
    • Measuring indicators of wellbeing and social development beyond the GDP such as the Common Good Product and the Common Good Balance Sheet.
    • Policy-making aimed at favouring companies with higher contributions to the common good, such as ethical public procurement and the promotion of ethical internal trade.
    • Promoting ethical external trade as the "Brand Europe". In this way, European companies will lead the global ethical market and will contribute to the enhancement of human rights, labour standards and the protection of the environment throughout the world.
    • Encouraging all kind of entrepreneurs who start up organisations aimed at contributing to the common good.
    • Fostering ethical consumption and awareness among European consumers.
    • Increasing the diversity of the financial ecosystem setting up a network of ethical banks and stock markets throughout the EU.
  • demands from the European Commission, in the framework of the renewed CSR strategy, to make a qualitative step in order to reward (in terms of public procurement, access to external markets, tax advantages, etc.) those enterprises that can demonstrate higher ethical performance
Related Links

ECO/378
La Economía del Bien Común
Bruselas, 13 de marzo de 2015

Nota informativa
(Dictamen de iniciativa)

Asunto: La Economía del Bien Común: un modelo económico sostenible orientado a la cohesión social


1.                  Procedimiento


Base jurídica:

Artículo 29.2 del Reglamento interno

Decisión del Pleno:

19 de febrero de 2015

Sección competente:

Unión Económica y Monetaria y Cohesión Económica y Social


Presidente de la Sección:

Sr. van Iersel (NL-I)

Organización de los trabajos de la Sección:

26 de febrero de 2015 (procedimiento escrito)

Grupo de Estudio:
Presidente:
Sr. Manoliu (RO-I) (art. 62; Plosceanu)
La Economía del Bien Común


Ponente:
Sr. Trias Pintó (ES-III)
Coponente:
Sr. Palmieri (IT-II)


Miembros
Sr. Coldrick (UK-II)


Sr. Hribar (SI-II)


Sr. Joost (ET-III)


Sr. Kropas (LT-I)


Sr. Malinowski (PL-I)


Sr. Nagy (HU-I)


Sr. Pariza Castaños (ES-II)


Sr. Pigal (FR-III)


Sra. Rodert (SE-III) (Art. 62 - Jahier)




Señoras y Señores Consejeros
Miembros del Comité Económico y Social Europeo

Rue Belliard/Belliardstraat 99 — 1040 Bruxelles/Brussel — BELGIQUE/BELGIË
Tel. +32 25469011 — Fax +32 25134893 — Internet: http://www.eesc.europa.eu
 
Experto

Alejandro Salcedo Aznal (por el ponente)

Sep 2015AdoptedReferences: ECO/378 EESC-2015Own-initiativeRapporteur: Carlos TRIAS PINTÓ (Various interests - GR III / Spain)Co-rapporteur: Stefano PALMIERI (Workers - GR II / Italy)Plenary Session: 510 - 16 Sep 2015 - 17 Sep 2015

2.                  Síntesis de la solicitud de dictamen de iniciativa


Tras la crisis iniciada en el año 2008, aún vigente en nuestros días, el actual modelo económico ha evidenciado notables debilidades que afectan en último término a la vida de las personas. Son muchos quienes, al considerar que el sistema económico es injusto y favorece a los ricos, desearían ver un «nuevo orden económico».

La economía del bien común (EBC) propone un nuevo modelo económico sostenible sobre la base de valores esenciales como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad medioambiental, la transparencia y la participación democrática. Este modelo, ideado a finales de 2011 por el profesor austríaco Christian Felber, ha seguido construyéndose de manera conjunta mediante un proceso de participación ciudadana y, en menos de tres años, ya está presente en la mayoría de los países de la Unión, contando con el respaldo y apoyo de todos los sectores de la sociedad.

Por todo lo anterior, la Economía del Bien Común se presenta como un modelo práctico cuyo fomento y promoción por parte de la Comisión Europea puede contribuir a la transición hacia una economía inteligente e inclusiva capaz de generar efectos reales sobre el terreno y recuperar la confianza de los actores del mercado (desde la producción hasta el consumo) en el sistema, con el fin último de reforzar la cohesión económica y social en Europa.

Esta iniciativa se emprende con los siguientes objetivos específicos:

·           analizar las interacciones entre la Economía del Bien Común y los modelos macro y microeconómicos, con especial interés en su impacto sobre los mercados financieros y la gobernanza económica;
·           determinar y analizar las fortalezas de la Economía del Bien Común como modelo orientado al crecimiento sostenible y la creación de empleo de calidad;
·           encontrar sinergias con otros modelos económicos alternativos demandados y aplicados por la sociedad, tales como el consumo colaborativo o la economía circular;
·           establecer las similitudes y las ventajas del modelo con respecto a la responsabilidad social corporativa tradicional, y estudiar la viabilidad de la aplicación de las principales herramientas desarrolladas por la Economía del Bien Común, tales como la matriz, el balance y el índice del bien común

http://www.eesc.europa.eu/?i=portal.en.eco-opinions.34923


Comité Económico y Social Europeo
ECO/378
La Economía del Bien Común
Bruselas, 17 de septiembre de 2015
DICTAMEN del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema:
La Economía del Bien Común: un modelo económico sostenible orientado a la cohesión social
_____________
Ponente: Carlos Trias Pintó
Coponente: Stefano Palmieri
_____________

El 19 de febrero de 2015, de conformidad con el artículo 29, apartado 2, de su Reglamento interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre el tema
La Economía del Bien Común: un modelo económico sostenible orientado a la cohesión social.
La Sección Especializada de Unión Económica y Monetaria y Cohesión Económica y Social, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 10 de julio de 2015.
En su 510° pleno de los días 16 y 17 de septiembre 2015 (sesión del 17 de septiembre), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 144 votos a favor, 13 en contra y 11 abstenciones, el presente dictamen.
*
*       *

1.                  Conclusiones y recomendaciones

1.1              El CESE considera que el modelo de la Economía del Bien Común (EBC) está concebido para incluirse en el marco jurídico europeo y nacional con el fin de avanzar hacia un mercado único europeo a través de una economía más ética basada en los valores europeos y los logros de las políticas de responsabilidad social, creando además sinergias encaminadas a su reforzamiento.

1.2              La Economía del Bien Común es un enfoque holístico cuyos conceptos están cerca de los valores fundamentales de la Economía Social, la Economía Circular, la Economía Participativa, la Economía de la Funcionalidad, la Economía Basada en los Recursos y la Economía Azul.

1.3              La Economía del Bien común se apoya en las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y las universidades, y se considera un modelo viable que refuerza los valores europeos y la cohesión social, a la vez que fomenta un sistema económico responsable. De hecho, la EBC cuenta con el respaldo de más de cien grupos locales, cerca de dos mil empresas[1] y diversas organizaciones sociales.

1.4              En consonancia con la Estrategia Europa 2020, propone la transición hacia un «mercado europeo ético» que promoverá la innovación social, elevará la tasa de empleo y será beneficioso para el medio ambiente. El «mercado europeo ético» podrá construirse mediante la aplicación de varias estrategias:

1.4.1        Indicadores del bienestar y el desarrollo social más allá del PIB[2], como el Producto del Bien Común y los Balances del Bien Común.

1.4.2        La elaboración de políticas destinadas a reconocer a las empresas que contribuyen en mayor medida al bien común, como la contratación pública ética y la promoción del comercio interior ético.

1.4.3        Promover el comercio exterior ético, como la «marca Europa». De esta forma, Europa allanará el camino para obtener un reconocimiento como un mercado ético, y las empresas europeas liderarán el mercado mundial ético y contribuirán a la promoción de los derechos humanos, las normas laborales y la protección del medio ambiente en todo el mundo.

1.4.4        Animar a todos los tipos de emprendedores que creen organizaciones con el objetivo de contribuir al bien común.

1.4.5        Fomentar el consumo ético y la sensibilización entre los consumidores europeos.

1.4.6        Aumentar la diversidad del ecosistema financiero promoviendo redes  de bancos éticos y mercados de valores en toda la UE.

1.5              El CESE exige a la Comisión Europea que, en el marco de la estrategia renovada de RSE, lleve a cabo un salto cualitativo que recompense –en términos de contratación pública, acceso a los mercados exteriores, ventajas fiscales, etc.– a aquellas empresas que puedan demostrar un mayor rendimiento ético.

2.                  Introducción

2.1              La economía y, por ende, la política económica, desempeñan un papel fundamental en la sociedad actual, convirtiéndose en la piedra angular del éxito o fracaso del resto de las políticas básicas para el bienestar de los ciudadanos: educativas, sanitarias, de servicios sociales, culturales, medioambientales, tecnológicas o de innovación. Todas ellas dependen, en buena medida, de la situación económica que atraviesen los distintos ámbitos territoriales.

2.2              La crisis, que sigue teniendo un impacto negativo en las economías de los Estados miembros y la calidad de vida de los ciudadanos europeos, ha puesto de manifiesto la escasa resiliencia del sistema económico y social de la UE.

2.3              Por otro lado, de acuerdo con la Encuesta Mundial de 2014[3] de la Confederación Sindical Internacional (CSI), no existe un solo país donde la mayoría de la población crea que el sistema económico es justo. En este sentido, cuatro de cada cinco personas (78 %) están convencidas de que el sistema económico favorece a los ricos. Asimismo, el 88 % de los alemanes y el 90 % de los austríacos desea «un nuevo orden económico» –encuesta de la Fundación Bertelsmann[4]– y, sin lugar a dudas, este dato se refrenda en aquellos países que han padecido con más severidad la crisis económica, como Grecia, Portugal, Irlanda, España o Italia.

2.4              Teniendo en cuenta los avances realizados por la Comisión en el ámbito de la innovación social y el Dictamen del CESE SC/39 «Balance de la Estrategia Europa 2020», el informe sobre la revisión intermedia de la Estrategia Europa 2020 y la iniciativa del Comité Director Europa 2020 «Hablemos de felicidad — más allá del PIB», es evidente que, si queremos apoyar eficazmente la competitividad económica y la cohesión social, se requiere un cambio de paradigma para divulgar los objetivos económicos, medioambientales y sociales verdaderamente interdependientes, así como alcanzar un mayor equilibrio entre los aspectos cualitativos y cuantitativos del desarrollo por medio de un enfoque holístico.

2.5              El modelo de la Economía del Bien Común (EBC)[5] ofrece un complemento adecuado y respaldado por la sociedad europea. Sus objetivos y valores van más allá de las propuestas convencionales de la responsabilidad social y su visión holística le brinda la capacidad de reunir a los agentes más diversos de la sociedad.

2.6              En tan solo cuatro años, la EBC se ha convertido en un movimiento social apoyado por más de cien grupos locales, cerca de dos mil empresas y organizaciones sociales y un número cada vez mayor de universidades de países como Austria, Alemania, Suiza, Italia y España. Además, la región del Sur Tirol en Italia y varios gobiernos locales en diferentes países europeos han aprobado el modelo de la EBC para implantarlo en su territorio.

3.                  La Economía del Bien Común: objetivo, valores, estrategia e indicadores

3.1              El objetivo de una sociedad debe ser el bien común de todos y cada uno de sus integrantes, de acuerdo con los mandatos constitucionales.

3.2              De acuerdo con las orientaciones establecidas en los apartados 1, 2 y 3 del artículo 3 del Tratado de la Unión Europea[6], la propuesta central del modelo de la EBC es que la economía debe estar al servicio de las personas; es decir, del bien común. Para alcanzar dicho objetivo, debe asumirse que el dinero y el capital tienen importancia como instrumentos –de intercambio e inversión–, pero no constituyen jamás un fin por sí mismos.

3.3              El modelo económico que persigue el bien común estará fundamentado en los valores que todas las personas reconocen como universales: la dignidad humana, la solidaridad, la sostenibilidad ecológica, la justicia social, la transparencia y la participación democrática.

3.4              El reconocimiento del bien común como objetivo central de la economía requiere una metodología específica de medición de éxito económico según el objetivo y no solamente según los medios: el Producto del Bien Común, el Balance del Bien Común y la evaluación de la Solvencia del Bien Común, que complementan, respectivamente, al PIB, al balance y al rédito financiero.

3.5              La EBC es un modelo holístico que pretende integrar la economía en el contexto social, cultural y ecológico de la sociedad europea. Como se puede observar en la tabla adjunta, el modelo EBC recoge los valores fundamentales de varias propuestas económicas:

VALORES EBC / MODELOS
Dignidad humana
Solidaridad/
Cooperación
Sostenibilidad Ecológica
Justicia social
Democracia
Economía Social
X
X
X
X
X
Economía Circular
X
Economía Colaborativa
X
X
Economía
de la Funcionalidad
X
X
Economía Basada
en los Recursos
X
X
Economía Azul
X
Fuente: elaboración propia.

3.6              La EBC se presenta como un modelo económico que puede contribuir al éxito de la Estrategia Europa 2020, en particular:

-         elevando la tasa de empleo y mejorando la calidad de los puestos de trabajo existentes (valores de «dignidad humana» y «justicia social»);

-         fomentando la innovación social en la sociedad civil y en los ámbitos empresarial y político (valores de «participación y democracia»);

-         disminuyendo las emisiones de CO2, promoviendo las energías renovables, mejorando la eficiencia energética y reduciendo el consumo de energía (valor de «sostenibilidad ecológica»), y

-         reduciendo la población en riesgo de pobreza o en situación de exclusión social (valores de «solidaridad» y de «justicia social»).

3.6.1        La EBC es un proceso de «innovación social» y emprendimiento positivo que resulta útil para promover y apoyar nuevas ideas que, de manera simultánea, resuelven las necesidades sociales, crean nuevas relaciones sociales y refuerzan la creación de valor económico. En este contexto, por «innovación» se entiende la habilidad de crear y aplicar ideas que demuestran la capacidad de crear valor, mientras que «social» se refiere aotras cuestiones, como la calidad de vida, la solidaridad, la felicidad y el bienestar.

3.7              La EBC es una herramienta para construir un sólido sistema social y económico que pueda dar a la sociedad civil europea «protección y desarrollo», que ayude a encontrar soluciones y, en la medida de lo posible, prevenir crisis y que, además, contribuya al cambio económico y social. La EBC es la manera de poner la resiliencia en el centro de los procesos para apoyar la transición de una situación de crisis a la recuperación y el desarrollo.

3.7.1        La resiliencia es un factor que afecta a la capacidad de la sociedad civil para reaccionar ante las grandes convulsiones y hacer frente a las tensiones y crisis imprevistas. Contamos con medios para preparar a la sociedad civil para evitar y hacer frente a las crisis, pero hace falta una gestión más eficaz y una mayor cooperación a todos los niveles de representación de los intereses institucionales, económicos y sociales.

3.8              Aumentar la capacidad de los interlocutores económicos y sociales para absorber, gestionar y evitar los efectos de las crisis y los cambios estructurales es un elemento clave para la sociedad civil cuando se trata de apoyar la consecución de niveles de vida adecuados para las necesidades de las personas. También apoya la competitividad económica de la UE con vistas a la cohesión social y sostenibilidad, con el fin de no limitar las oportunidades de las futuras generaciones.

3.9              Para la puesta en práctica de estas premisas, el modelo EBC se fundamenta en la participación directa de las personas tanto en el ámbito empresarial como en el político. Herramientas como el examen del Bien Común, el Balance y, en particular, el Índice del Bien Común Municipal tienen su base en la participación activa de todos los grupos de interés.

4.                  La transición hacia la construcción de un mercado europeo ético

4.1              Como consecuencia de los efectos adversos percibidos durante la reciente crisis económica y financiera, los ciudadanos europeos experimentan una menor tolerancia a cuestiones como la pérdida en las remuneraciones, los recortes en las prestaciones y servicios sociales, la degradación medioambiental, la incertidumbre económica y laboral o la trascendencia menguante de sus derechos sociales y también como consumidores y usuarios.

4.2              En paralelo, las políticas de responsabilidad social empresarial, de carácter voluntario e insuficiente calado, que no están presentando la suficiente información relevante, precisan de un nuevoimpulso, ya que en muchas grandes corporaciones las brechas salariales se acentúan, la mujer accede minoritariamente a la toma de decisiones y se debilita el compromiso en relación con el desarrollo de la carrera profesional de los jóvenes empleados.

4.3              Por su parte, los emprendedores y las pymes se ven amenazados por la competencia desleal y las prácticas no éticas, haciendo difícil la supervivencia de muchas de ellas. En general, la población demanda una economía basada en los valores que en teoría están arraigados en las Constituciones.

4.4              El clima de distanciamiento social se refleja en una pérdida de la confianza depositada por la ciudadanía en las instituciones y sus representantes. Para recuperar esta confianza necesaria y fortalecer la cohesión social y territorial, la Unión Europea deberá replantear sus políticas y volver a definir una nueva estrategia acorde con las demandas y los valores de la ciudadanía.

4.5              En este sentido, el Dictamen del CESE acerca del Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2014 pide que el cuadro de indicadores sociales se incluya de manera proactiva en el Semestre Europeo en pie de igualdad con los indicadores macroeconómicos y presupuestarios. Además, el Semestre Europeo debe seguir incluyendo entre sus objetivos, métodos e instrumentos la ecologización de los procesos industriales de cada sector y de la economía en su conjunto para salir de la crisis adoptando un modelo de desarrollo más sostenible.

4.6              Por este motivo, el modelo de la EBC propone transitar hacia un «Mercado Ético Europeo» en el que las políticas económicas y comerciales estén alineadas con la cultura y los valores que las personas perciben como universales. A través de esta estrategia, la economía y las empresas europeas recuperarán su imagen y «marca» internacional como organizaciones ejemplares en cuanto a la protección y promoción de los derechos humanos, la calidad y el sentido del trabajo y la conservación del medio ambiente.

4.7              En consecuencia, se reconocerá a aquellas organizaciones que comercialicen productos y servicios bajo criterios éticos y contribuyendo al bien común, y, más en concreto, se irán retirando de la zona de rentabilidad aquellos productos y servicios que no garanticen los mínimos éticos en toda su cadena de valor.

4.8              En síntesis, el modelo de la EBC converge con las propuestas de la tradicional responsabilidad social corporativa (RSC) en cuanto a valores, pero va un paso más allá en cuanto a objetivos y metodología. La RSC en Europa se ha fundamentado principalmente en la premisa de «devolver a la sociedad parte del beneficio que se obtiene de ella» antes de centrarse en el objetivo de «maximizar la creación de valor compartido para sus propietarios/accionistas y para las demás partes interesadas y la sociedad en sentido amplio»[7]. Este es el motivo por el que, desafortunadamente, un número considerable de empresas ha reducido la RSC a meras actividades filantrópicas o de comunicación de marca.

5.                  Estrategias a desarrollar para la construcción de un Mercado Ético Europeo

5.1              Se proponen varias estrategias para construir un Mercado Ético Europeo. La hoja de ruta se iniciará con la medición de la contribución de las empresas al bien común y la convergencia hacia una presentación de informes no financieros europeos. A continuación, se informará a la sociedad civil europea de los resultados de las empresas mediante la creación de un etiquetado ético. La elaboración de políticas reconocerá a aquellas empresas que contribuyan en mayor medida al bien común a través de políticas de contratación pública éticas y políticas destinadas a construir un mercado interior e internacional ético. Por último, el espíritu empresarial, el consumo y las políticas bancarias también estarán alineados con los principios del bien común. Todo ello se llevará a cabo evitando las cargas administrativas excesivas y haciendo uso de los mecanismos de mercado.

5.2              Medición de la contribución al bien común de las empresas mediante la realización de un Balance del Bien Común. El Balance del Bien Común mide la parte no financiera del éxito de una empresa: el éxito ético de una empresa y su contribución al bien común. En su versión actual, el BBC mide los valores constitucionales más importantes: dignidad, solidaridad, sostenibilidad, justicia y participación democrática: el «rendimiento ético» frente a todos los grupos de contacto.

5.3              Para dar un paso más allá de la RSC clásica, el movimiento EBC propone que el balance cumpla con ocho «metacriterios»: 1. universal, 2. medible en puntos neutrales, 3. comparable entre empresas, 4. comprensible para todas las partes interesadas, 5. público, 6. auditado de forma externa, 7. obligatorio, 8. con consecuencias legales: cuanto mejor el resultado, más bajos los impuestos, aranceles, intereses, etc., según el lema «Con ética al éxito».

5.4              Dentro del movimiento EBC, más de 200 pymes han realizado el BBC hasta la etapa final: la evaluación peer o la auditoría externa. La transición hacia un balance obligatorio podrá ser gradual. La UE acaba de dar el primer paso con la Directiva «non-financial reporting». El segundo paso podría consistir en que en la directiva solo entren aquellos estándares que cumplan con la totalidad de los metacriterios anteriormente enumerados y contraigan ventajas legales según el resultado. Posteriormente, los estándares restantes podrían fundirse en uno solo que será la parte no financiera del balance empresarial obligatorio. Este balance «universal» (financiero y no financiero) se convertiría en la tarjeta de entrada en el Mercado Común Ético del futuro.

5.5              Etiquetado ético. La EBC postula que se informe sobre el comportamiento ético en todos los productos vendidos en el mercado común europeo mediante un etiquetado común ético que informa sobre la contribución al bien común de la empresa. El etiquetado podría visibilizar –p. ej. en cinco colores distintos- el resultado del balance del bien común. Pasando por el código QR, el consumidor podría acceder al balance en detalle.

5.6              Compra Pública Ética. Priorización en la compra pública a aquellas organizaciones que demuestren una mayor contribución al bien común en sus Balances del Bien Común. La compra pública en Europa puede actuar como motor para el desarrollo del «Mercado Ético Europeo», mediante la incorporación de criterios vinculados a la contribución al bien común y la calidad de las huellas social y ecológica en la Directiva 2014/24/UE y el desarrollo del clausulado social correspondiente.

5.7              Comercio Interior Ético. Se incentivará el libre comercio interno en aquellas organizaciones que demuestren una mayor contribución al bien común en sus Balances del Bien Común. En primer lugar, se facilitará la libre comercialización y circulación de productos y servicios de empresas europeas a quienes puedan demostrar que cumplen con los estándares éticos mínimos establecidos dentro del «Mercado Ético Europeo». En segundo lugar, se facilitará la importación de productos, la inversión y la prestación de servicios por parte de empresas de países no pertenecientes a la Unión Europea que también demuestren cumplir con los estándares éticos mínimos establecidos dentro del «Mercado Ético Europeo». De este modo, las políticas arancelarias y fiscales vinculadas al comercio interior y a las importaciones se establecerán en función del comportamiento ético demostrado por las empresas.

5.8              Comercio internacional ético. El comportamiento ético y la contribución al bien común deben ser las señas de identidad de la economía europea; dicho de otro modo, la «Marca Europa». Las empresas europeas, como embajadoras de la sociedad, cultura y valores europeos, deberán garantizar dicho comportamiento ético y probarlo con ayuda del balance. Coherentemente, las políticas de fomento del comercio exterior de la Unión Europea (programas de ayudas al comercio exterior, estándares éticos de la normativa comercial, etc.) deberán apoyar en primer lugar a aquellas empresas que demuestren una mayor contribución al bien común.

5.9              Emprendedores por el bien común. El fomento del espíritu emprendedor es clave para garantizar la sostenibilidad económica de la Unión Europea. Asimismo, la innovación social, por definición, debe estar orientada a ofrecer productos y servicios que contribuyan al bien común de la sociedad. Es por ello que las políticas de fomento del espíritu emprendedor en el «Mercado Ético Europeo» fomentarán la creación de empresas y la formación de los emprendedores en base a los valores de dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social y participación democrática. En todas las ciudades (del Bien Común) pueden establecerse polos del bien común en los cuales nazcan empresas que o bien realicen el balance desde el inicio o bien emerjan directamente como «empresas del bien común».

5.10          Consumidores y fomento del consumo ético. El éxito del «Mercado Ético Europeo» dependerá de la demanda por parte de los consumidores europeos de productos y servicios que contribuyan al bien común. Será preciso diseñar y promover estrategias y programas de fomento del consumo ético. Estos programas informarán sobre las características del «Mercado Ético Europeo» mediante programas educativos, programas de sensibilización y planes de comunicación. El «doblete» del balance del bien común y el etiquetado serían herramientas perfectas para conseguir este objetivo.

5.11          Bancos Éticos y ampliación de los Acuerdos de Basilea, incluyendo criterios de calidad ética en la regulación bancaria. Tras la crisis financiera del año 2008 y los episodios adversos bancarios y financieros, la ciudadanía europea ha venido perdiendo la confianza no solamente en su sistema bancario, sino también en los reguladores nacionales y europeos. Esta situación supone un elevado riesgo para la estabilidad económica de la zona euro.

5.11.1 Por esta razón, es necesario mejorar los estándares éticos del sector financiero y, al mismo tiempo, aumentar la diversidad del ecosistema financiero, reforzando las redes de bancos éticos por toda la UE (cooperativas, cajas de ahorros, nuevos bancos éticos) que contribuyan al bien común. Esto puede contribuir a promover el sector bancario en Europa que: a) solo realice los servicios básicos (ahorros, pagos y créditos), b) no pague dividendos o estos sean limitados, y c) realice una auditoría del bien común en cada solicitud de crédito. Esta evaluación ética de la solvencia (ethical creditworthiness assessment) constituiría una ampliación de los Acuerdos de Basilea a criterios éticos. Mide la plusvalía ética que una inversión aporta.

5.11.2 Un primer prototipo de este examen del bien común está siendo desarrollado actualmente por el proyecto del «banco del bien común» en Austria. Las condiciones crediticias podrían orientarse según el resultado de la evaluación. De esta forma, el mercado financiero se convierte en un instrumento de un desarrollo social y ecológico sostenible.

5.12          Bolsa del Bien Común (Regional)». Todos los bancos éticos y orientados al bien común podrán fundar conjuntamente una bolsa regional del bien común que recepcione aquellas solicitudes de crédito que superen la prueba ética aunque no la financiera de solvencia. En estas bolsas, a diferencia de las bolsas convencionales, no se podránnegociar las participaciones de las empresas ni obtener un rédito financiero –por tanto, este no sería el motivo de invertir en una empresa. La ventaja para los inversores financieros se concretaría en otros motivos, como: sentido, utilidades y valores («triple skyline»). De este modo, la ciudadanía y las empresas europeas tendrían la oportunidad de realizar inversiones éticas en línea con los valores de las constituciones de los Estados miembros y de los Tratados de la propia UE.

Bruselas, 17 de septiembre de 2015.
El Presidente
del Comité Económico y Social Europeo




Henri Malosse


[1]           Algunas de ellas presentes en mercados muy competitivos.
[2]           Para tomar en consideración el PIB y otros indicadores complementarios.
[3]           Encuesta Mundial de la CSI 2014.
[4]           Fundación Bertelsmann «Bürger wollen kein Wachstum um jeden Preis» (Los ciudadanos no desean un crecimiento a cualquier precio).
[6]           DO C 83 de 30.3.2010.

[7]           COM(2011) 681 final.



Hacia la economía del bien común 

El nuevo dictamen del CESE presenta la Economía del Bien Común (EBC) como un modelo holístico que sirve de paraguas para canalizar las propuestas de otros modelos de nueva economía como la economía solidaria, la economía colaborativa, la economía circular, el cooperativismo, las empresas sociales o la economía azul, según se puso de manifiesto en unas jornadas previas dedialógos de Responsabilidad para la Sostenibilidad que se abrieron el pasado mes de mayo en la Facultad de Económicas y Empresariales de la UAM.

http://forosenar.blogspot.com.es/2015/09/europa-mejorara-su-estrategia-de-rse.html

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